Azul: el susto no pasó tras la nueva inundación

Recién anoche la Municipalidad de Azul brindó la información que traía el alivio final a la sufrida población: “La situación Hídrica se normaliza y se da por finalizado el alerta”. Muchos temieron que la crecida del arroyo llegue al casco urbano.

Pero la crecida (y una más de las incontables veces) se llevó el buen humor habitual de los vecinos del pueblo, que no pudieron dormir durante toda la madrugada del lunes, especialmente en la zona del Seminario. “Tuvieron que alzar los muebles y esperar que el cauce no se salga de su curso, cosa que finalmente no sucedió, o al menos no en la magnitud que algunos presagiaban” cita el diario El Tiempo.

La zona de Chillar tuvo un alto nivel de milímetros de agua, aunque el parte oficial habla de 115: hablan de 200 milímetos.

Esta cuestión despertó las críticas sobre el manejo de las autoridades azuleñas, sobre todo en los momentos de mayor tensión para la población, cuando eran constantes los llamados a los medios preguntando por la hora del “pico” de la crecida: nadie podía tener un dato certero.

Pero después del agua, el viento originó problemas nuevos. En la planta urbana cayeron  árboles y ramas. Y en los accesos a la ciudad hubo corte de energía eléctrica (en el cruce de las rutas 3 y 226, y la provincial 51).

A favor de la intendencia de Inza, se dice que “zafaron” por algunas obras como los canales aliviadores en el Puente Benavidez). Pero se mencionan también las cosas que faltan, que se deben a un descuido: la limpieza y retiro de plantas en distintos tramos del arroyo.