Velan a Micaela e indagan al principal sospechoso del brutal crimen

Los restos de Micaela Aldana Ortega, la niña de 12 años desaparecida desde abril y hallada asesinada el sábado por la tarde, son velados en la ciudad de Bahía Blanca y serán inhumados en el cementerio municipal.

En tanto, fuentes de la investigación aseguraron que el sospechoso detenido por el crimen, identificado como Jonathan Luna (26), será indagado en las próximas horas por el fiscal de la causa, Rodolfo De Lucía, por el delito de "homicidio criminis causa", es decir que el asesino mató para lograr la impunidad de otro delito, en este caso, el robo.

Desde anoche, familiares, vecinos y compañeros de la adolescente participaban del velatorio que se llevaba a cabo en la sala 2 de la casa de sepelios Bonacorsi, ubicada en la calle Mitre 468, a pocas cuadras del centro de la ciudad.

Escenas de dolor se registraban en el lugar, donde se encontraban los padres de la nena, Mónica Cid y Claudio Ortega, familiares directos de la menor como así también compañeros de la escuela Marina Coppa a la que asistía y del club Danubio, en el que practicaba patín.

Los familiares no quisieron efectuar declaraciones a los medios apostados en el lugar y agradecieron que hayan colaborado en la difusión por la búsqueda de la menor.

A las 14, el cuerpo de Micaela será inhumado en el cementerio municipal de Bahía Blanca ubicado en Fragata Sarmiento y Pringles.
En tanto, esta madrugada fue trasladado el sospechoso Luna hasta los tribunales de Bahía Blanca para su indagatoria. El joven pasó la noche detenido en una dependencia policial fuera de Bahía Blanca, por cuestiones de seguridad.

El acusado ya había sido condenado por la justicia rionegrina por "robo agravado" y en el marco de esa sentencia fue que en diciembre de 2014 violó el régimen de salidas transitorias y por eso se encontraba en rebeldía con la justicia.

Micaela desapareció la mañana del 23 de abril último y a partir de la denuncia por averiguación de paradero comenzó una intensa búsqueda de parte de sus  familiares, amigos, vecinos y distintas fuerzas de seguridad que realizaron una serie de rastrillajes por Bahía Blanca.

Los operativos fueron acompañados por numerosas marchas en reclamo por la aparición de la niña y en un primer momento se sospechó que Micaela había sido víctima de una red de trata. A su vez, el Ministerio de Seguridad bonaerense ofreció una recompensa para aquella persona que pudiera aportar datos sobre el paradero de la menor.

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