A sangre fría: matan a empleada de un tiro

Tenía 33 años. Era madre de dos criaturas. Dos delincuentes entraron a robar en el almacén en el que trabajaba y le descerrajaron un disparo en el pecho a quemarropa. Dos menores bajo sospecha

Nadie está a salvo. La bala atravesó el local, perforó una caramelera y destrozó el tórax de la víctima, una mujer de 33 años que fue asesinada de un balazo en el pecho cuando dos delincuentes asaltaron el almacén para el que trabajaba. Tenía dos hijos. Y solía ir el fin de semana al comercio para ayudar a los dueños.

Los delincuentes le habían exigido el dinero de la caja. Al escapar, uno de los cacos, disparó su arma contra la joven mujer, que cayó al piso herida de muerte. 

Fuentes policiales informaron que nadie había ofrecido resistencia a los asaltantes. En tanto, ayer a la mañana, a partir de distintas tareas investigativas, la Policía detuvo a un adolescente de 17 años y a un joven de 19 como los sindicados autores del crimen. 

El hecho ocurrió alrededor de las 22.30 del sábado, en un comercio ubicado en la calle 71 al 3600, de Necochea, donde la víctima, identificada como Valeria Ortiz (33), se encontraba junto a la pareja dueña del negocio.

En ese momento, dos delincuentes irrumpieron en el lugar con fines de robo y uno de ellos extrajo un arma de fuego y amenazó a los comerciantes para que le entregaran el dinero de la recaudación que había en la caja registradora.

Los delincuentes se apoderaron de unos 300 pesos en efectivo y cuando estaban por abandonar el almacén el que estaba armado efectuó un disparo que impactó en el tórax de Ortiz, quien cayó malherida al piso.

Tras el disparo, los asaltantes escaparon a la carrera, mientras que la mujer baleada murió en el lugar antes de que pudiera ser auxiliada por personal médico de emergencias que, alertado de lo ocurrido, arribó a la escena del crimen a bordo de una ambulancia.

En tanto, el personal policial que trabajó luego en el lugar del hecho constató que en el almacén no había cámaras de seguridad que hayan captado imágenes de lo ocurrido, al tiempo que los peritos secuestraron una vaina servida calibre 9 milímetros, perteneciente al proyectil que mató a Ortiz.

Posteriormente, durante la autopsia, los médicos forenses extrajeron del cuerpo de la víctima un plomo que será cotejado con la vaina incautada en la escena del crimen, agregaron los voceros.

Un jefe policial que participa de la investigación explicó que "las tres personas que estaban en el almacén no se resistieron" al asalto, por lo que se sospecha que el delincuente que disparó pudo haberse asustado o quiso intimidar.

"El balazo atravesó una caramelera de vidrio y dio en la zona del tórax de la mujer que estaba que estaba del otro lado del mostrador", precisó el pesquisa consultado.

Detienen a un “dealer” menor de edad

Un menor de edad que actuaba como "dealer" fue detenido en las últimas horas por tener droga destinada a la comercialización en una villa de emergencia. 

La detención se produjo en el marco de un importante operativo de saturación en esa villa de Almirante Brown,  localidad de Adrogué.

El procedimiento se realizó en distintos puntos estratégicos que incluyó la esquina de calles Boga y Gómez Cornet, lugar en el cual se llevaba a cabo la venta de estupefacientes al menudeo, donde la droga era fraccionada en envoltorios de papel glasé de color brillante.

“Los chicos no tienen más nadie que a ella”

La propietaria del comercio asaltado, de nombre Graciela, contó a la prensa que la víctima y ella estaban "una al lado de la otra" y que fue Ortíz quien se dio cuenta primero de que se trataba de un asalto.

"Me dice a mí y yo le grito a Héctor (su esposo) que estaban robando, a lo mejor cuando yo le grito se asustó (el delincuente)", relató la mujer, que agregó que cuando ella escuchó el disparo, Ortiz le dijo "me dieron, me dieron", se agarró el pecho y cayó al suelo.

"Salí a buscar una ambulancia y se le murió en los brazos (a Héctor). No sé si estoy viviendo o si todo esto es una pesadilla. No se para que tiró, hubiera tirado al aire, no sé cómo puede tirar a matar", expresó Graciela, consternada.

De acuerdo a la comerciante, Ortiz tenía dos hijos y solía ir al almacén los sábados para ayudarlos a ella y su marido.

"Los chicos no tienen más nadie que a ella, pobrecitos, no se puede creer. No faltaba nada para cerrar", concluyó la mujer.