Acusan al biólogo por coacción y amenazas

Además del homicidio agravado por el uso de arma y por alevosía, el acusado de asesinar al fotógrafo Galeano será sindicado por el hostigamiento previo a la víctima

A partir de la imputación de coacción y amenazas, la situación del biólogo Hugo Francisco Castillo (52) quedará muy comprometida, ya que esos cargos se le sumarán al del homicidio doblemente agravado en perjuicio del fotógrafo Alfredo Galeano (39)

Es que el fiscal penal de La Plata Marcelo Romero además de considerar que Castillo mató de dos disparos a Galeano por la espalda el pasado 10 de junio, frente a su casa de 4 y 37, también afirma que el acusado siguió en persona y hostigó por teléfono a la víctima en los días y horas previas al asesinato. 

Hay llamadas y pericias telefónicas que acreditarían  la participación y presencia de Castillo cerca del domicilio de Galeano, acechándolo en forma intimidatoria. 

Con esas evidencias el fiscal Romero pedirá al juez de garantías Juan Pablo Masi que amplíe la calificación con los cargos de coacción y amenazas. 

La causa ha tenido importantes avances. En las últimas horas declararon dos testigos que comprometieron seriamente a Castillo. Uno de ellos dio contundentes datos acerca de su perfil violento y sus celos enfermizos.

Los investigadores escucharán hoy el testimonio la ex mujer de Castillo quien mantuvo un vínculo pasional con Galeano previo a su asesinato.

Cabe recordar que Eleonora, la propia esposa de Galeano habló de los seguimientos personales que habría estado haciendo Castillo “sobre su presa”. 

Eleonora dijo que la noche del crimen habían salido con Galeano y después fueron a cenar a Burguer King. “A las 22 nos dejó en casa con las nenas y yo las acuesto,  porque al día siguiente tenían que madrugar para ir al colegio. A las 22.53 recibí un mensaje de Alfredo diciendo que estaba volviendo. A las 23.05 escuché una secuencia de disparos, pero pensé que era el ruido de los escapes de las motos. Me levanté porque tuve una mala sensación, lo llamé al celular y no me atendió”.

“Empecé a escuchar sirenas y movimientos por la zona del edificio. Descolgué el portero para escuchar lo que ocurría afuera, y entonces oí que un policía de la comisaría Segunda estaba tocando todos los timbres, preguntando por el dueño de un Chevrolet Astra azul. Decía que había una persona muerta y se me heló la sangre, me sentí como en un sueño y no me podía mover porque tenía el cuerpo paralizado. Todo se desvanecía y se movía el suelo. No sabía dónde estaba parada y no quería gritar porque si las nenas se levantaban iba a ser un caos”. 

Eleonora dijo que cuando el viernes detuvieron a Castillo “me sentí más tranquila,  con una alegría media extraña, pero por lo menos se hizo justicia”.

Sobre las nenas dijo que “les conté todo el jueves 12, dos días después. Saben que su padre se encontró con una persona mala, que así como vemos en la tele que hay gente mala que lastima o mata, esta vez su papá se encontró con alguien que lo lastimó feo, que los médicos hicieron todo lo posible pero no pudieron salvarlo. La de 9 años lloró mucho y agarró una foto del papá y se la llevaba al pecho y la besaba; la de 4 se quedó en silencio y con los días comenzó con ataques y hubo que contenerla. Las dos preguntan todos los días por él”.

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