Asesinato en 44, 26 y 27: el juicio

Juan Farías fue ejecutado al salir de su coqueto departamento en el barrio La Loma. El caso está rodeado de enigmas y misterios. Hay un acusado. Un fiscal pide el debate oral

En una de las investigaciones judiciales más atravesadas por sospechas de connivencias entre el sórdido mundo del hampa bajo el amparo policial, un fiscal de La Plata pidió que vaya a juicio oral la causa por el asesinato de Juan Roberto Farías (32), quien fue ejecutado.

La resolución fue adoptada por el fiscal Tomás Morán, según publica el sitio especializado en temas tribunalicios Tintajudicial.com. Al acusado lo apodan “El Quichua”. Se llama Adrián Oscar Manes y tiene 43 años. Para el fiscal, es uno de los seis hombres que en diciembre de 2010 acribillaron a tiros a Farías. La hipótesis es un ajuste de cuentas por dinero. 

A casi cuatro años del misterioso crimen registrado en el hall del edificio emplazado en 44, 26 y 27, el caso arriba por fin a la instancia de juicio.

Hay algunas intrigas palaciegas en este caso, que nadie se anima a develar. El investigador policial fue el entonces jefe de la DDI Juan Ibarra y el juez de garantías que interviene es César Melazo. 

En el medio de la pesquisa apareció el testimonio de la pareja de Farías, Nadia Mariscal. Según se informó, fue ella quien aportó el nombre del sospechoso “El Quichua” Manes.

El homicidio se produjo en la madrugada del 1 de diciembre de 2010, cuando Farías llegaba a su edificio de la avenida 44 y lo abordaron varios delincuentes que a punta de pistola ingresaron con él. Con sus llaves, guantes y capuchas, dos de ellos ingresaron en el departamento 5° B, donde estaban Mariscal y su hija de 9 años. A la nena no la despertaron y a la joven la encerraron en la habitación antes de escapar con 20.500 pesos, 400 dólares y joyas. 

Mariscal supuso que a Farías lo tenían retenido, pero recién un buen rato después y con la llegada de la Policía supo que en el hall del  edificio le habían pegado tres tiros: uno en el brazo derecho, otro bajo la barbilla y el último en el pecho.

La víctima fue trasladada al hospital Rossi, donde la operaron y no sobrevivió. Horas más tarde, a las 18.40 de ese mismo día, policías de la comisaría Segunda encontraron un Volkswagen Suran azul totalmente quemado, en 11 entre 33 y 34, y en su interior dos cargadores de pistola 9 milímetros marca Bersa, vainas y proyectiles del mismo calibre (idéntico al usado en el crimen), además del celular de Nadia Mariscal. 

No se trató de un robo “común” 

Desde el primer  momento se sospechó que no había sido un robo común, ya que Farías tenía antecedentes penales y los homicidas parecían conocerlo. En enero de 2013 fue sometido a una rueda de reconocimiento un ex policía de Narcotráfico, pero luego quedó desvinculado del caso.

También en el expediente hay constancias de una reunión en City Bell, en la casa de un jefe policial actualmente en disponibilidad. Allí se habría planeado un importante robo. 

Varios testigos aseguraron que Farías habría llevado adelante el plan y se habría quedado con el botín que iba a ser repartido entre policías y delincuentes. Pero esa línea de investigación no fue abordada por el fiscal Morán. 

Tampoco se llamó a ninguna de las personas mencionadas en esa reunión. Un juez de Garantías de La Plata aparecía sindicado, presenciando ese encuentro entre policías y delincuentes, pero nadie supo explicar si estaba al tanto de lo que allí se hablaba.