Caso Maxi Velázquez: temen por la vida de un testigo de identidad reservada

El hombre había dicho que “lo tiraron como una bolsa de papas y lo dejaron morir”, en referencia al preso que perdió la vida en un calabozo de Tolosa

Los abogados que representan a la familia de Maximiliano Velázquez, el preso que falleció en la comisaría de Tolosa a fines de septiembre último, señalaron que temen por la vida de un testigo de identidad reservada, quien declaró días atrás ante el fiscal Marcelo Romero y contó que al detenido “lo tiraron como una bolsa de papas y lo dejaron morir”.

“El testigo de identidad reservada es víctima de torturas en cada unidad adonde va, en parte por un delito que cometió el hermano, autor del cuádruple crimen de Hudson, en el cual mató a una nena. Lo reconocen por eso y entonces le sacaron un ojo y le perforaron un pulmón”, le comentaron a diario Hoy los abogados que representan a la familia de Velázquez, Martina Raffetto y Julián Rimada. 

La otra cuestión por la que el testigo recibe represalias “es el tema de Maxi. Se habrá filtrado la información sobre quién es él y lo vienen torturando”, señalaron los letrados, quienes ya presentaron dos habeas corpus en el Juzgado de Garantías N° 5, porque “ya le quemaron la cara con agua hirviendo y le lastimaron los pulmones”.

“A raíz del segundo habeas corpus, fui a la Comisión Provincial de la Memoria, que presentó otro recurso. Entonces, la magistrada lo mandó a Mercedes. La única forma de enterarme de lo que pasaba era por la familia”, pormenorizó Raffetto. 

Días atrás, el testigo detenido afirmó ante el fiscal que la Policía los presionó (a él y a otro preso) para que no contaran lo que había pasado, porque si no se iban a comer un “montón de años adentro”, y les pegaron para que dijeran que (el prisionero) “se descompensó y murió”.

“En su momento, los dos reclusos declararon que a Velázquez lo tiraron como una bolsa de papas”, sostuvo Martina Raffetto, y añadió que el hombre “se descompuso a las 3 de la madrugada en el baño. Empezaron a llamar a la Policía para que lo saque, lo arrastraron a un patio intermedio y ahí lo dejaron tirado un rato más. Los otros presos veían que aún respiraba y pidieron ayuda”.

A la víctima “no le hicieron RCP ni recibió asistencia. En la autopsia salió que la hora de muerte fue las 9 de la mañana”, comentó la letrada.

El hecho 

El hecho tuvo lugar durante la madrugada del 21 de septiembre pasado, día en que Velázquez (41) fue encontrado muerto en un calabozo de la comisaría Sexta.

Por lo que señalaron desde la fuerza, el prisionero había sido demorado horas antes por un “robo agravado” y se habría descompensado en horas de la mañana, falleciendo posteriormente.

El fiscal en turno de aquel momento, Marcelo Romero, se presentó alrededor de las 11 en la dependencia policial, en compañía del personal de la Procuración General, que revisó el cuerpo. Según el letrado, “aparentemente fue por causas naturales, ya que no hubo lesiones externas, salvo un golpe en la frente que pudo haber sido producto de la caída tras el deceso”.

Ordenó de manera inmediata la autopsia, llevada a cabo por el Poder Judicial. Por disposición de la resolución 1.390, el fiscal aseguró que “corresponde remover a la Policía de este tipo de investigaciones y que tome responsabilidad en el asunto el personal judicial”. 

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