Consternación en Arana: un hombre intoxicó y mató a más de 200 perros

En los últimos meses, una enorme cantidad de animales apareció sin vida y se generó un misterio. Los vecinos de la zona, indignados

El misterioso caso de los perros muertos en la localidad de Ignacio Correa, partido de Arana, llegó a su fin. Luego de varios allanamientos, la Policía logró detener en las últimas horas a un sujeto con diversos elementos que lo implicaron como el autor de la aberrante matanza de al menos 200 caninos entre enero, febrero y marzo de este año, aunque se sospecha que en 2016 también habría protagonizado varios episodios de este tipo, informaron ayer fuentes policiales y judiciales con acceso a la causa.

Tras dos operativos llevados a cabo en casaquintas de la zona, los efectivos secuestraron en el lugar donde capturaron al acusado un total de cinco escopetas, varias municiones y cartuchos, tanto percutados como intactos, además de una gran cantidad de sustancias químicas tóxicas halladas en bidones, que habría utilizado el sindicado autor del hecho para envenenar a las mascotas, tarea que ahora deberán determinar los expertos.

“El sospechoso es un reconocido agricultor de la zona de Correa. Lo que intentamos averiguar ahora es qué lo llevó a hacer lo que hizo, entender por qué se ensañó con los perros de esa manera”, le contó a Trama Urbana  una fuente cercana a la investigación. 

Los allanamientos estuvieron a cargo del comisario Mario Aristiques, titular de la Subcomisaría de Arana, junto con personal de la dirección de Ecológicas La Plata. Una vez aprehendido, el individuo fue llevado de inmediato a la subcomisaría de la zona y quedó a disposición de la Unidad Funcional de Instrucción nº 7, a cargo de la fiscal Virginia Bravo, que lo indagará en la mañana de hoy.

Antecedentes

Ya durante los últimos meses del pasado año, los vecinos de Arana se quejaron de la desaparición de los canes y comenzaron a sospechar del agricultor, por lo que se acercaron varias veces a su vivienda. Sin embargo, el hombre salía con alguno de los rifles que ahora fueron incautados, los amenazaba y los obligaba a retirarse. 

“Creemos que por eso, por el temor que le tenían, no llegaron a denunciarlo”, aseveró un pesquisa, lamentando que “si alguien lo hubiese hecho, al menos comunicándose con el 911 de manera anónima, se habrían podido evitar estos últimos envenenamientos”. 

Hasta el cierre de esta edición, varios llamados de los lugareños a la redacción de este medio daban cuenta de la verdadera conmoción que aún se vive en la zona, y muchos de ellos pidieron que el hombre “no salga en libertad y pague por lo que hizo”.

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