Continúan los episodios de inseguridad en City Bell

Vecinos de la zona aseguraron que la venta de estupefacientes en distintos puntos del barrio ha generado un aumento sin precedentes del delito. Claves para entender las transformaciones sociales en la región

La escalada de la inseguridad durante el último tiempo no solo ha alcanzado a los barrios periféricos y más precarios de la región, donde se concentra de forma más notable el delito, sino que ahora también llegó a zonas acomodadas como Gonnet, City Bell y Gorina. 

Los mismos vecinos reconocen esta problemática como un flagelo en constante crecimiento, potenciado por la venta y consumo de drogas, que no parece tener un freno. Reconocen que la situación es compleja y que es necesario tomar medidas que resulten una alternativa a la realidad actual.

Una frentista de 472 y 136 le comentó a Trama Urbana: “Acá enfrente, los primeros días del mes,ves desfilar a gente de todo tipo, desde los que vienen en moto hasta los que llegan en coches importados, sea la hora que sea. Todos vienen a comprar falopa al kiosquito. A veces tengo que andar llamando a la Policía para que manden algún móvil y den vueltas, porque si no ni aparecen por acá, y los que vienen a comprar en motitos hacen desmanes”.

La mujer fue una de las primeras habitantes del barrio y se jacta de conocer a todos los que llegaron después, alterando la tranquilidad del lugar: “Hace 65 años que vivo acá, los conozco a todos. Me han rociado con nafta el frente de casa, donde tenía el auto y un bote, y me prendieron fuego todo. Sé quiénes fueron, pero la Policía no hace nada. No me extrañaría que los de la comisaría de acá también estén metidos. Conozco a uno que trae los panes (de droga) y el resto los reparte. Después tiran las bolsitas acá, en la puerta de casa. No se dan cuenta de que hay nenes chiquitos, no les importa nada”. 

La droga, causa mayor

Otro vecino admitió que la venta de drogas ha modificado la paz y tranquilidad que caracterizaba al lugar. Reside en 472 y 140, y vive allí desde hace 27 años: “Esto se puso complicado por el kiosquito de cocaína que hay acá a la vuelta. Para drogarte necesitás plata y, si no laburás, ¿de dónde la sacás? Robás, es así de simple. A mi me robaron una garrafa de la puerta de casa. A los chicos de enfrente les rompieron una ventana y se les metieron. La semana pasada entraron en la casa de un muchacho que vive en la esquina y en la de su vecina, el mismo día y a las 5 de la tarde”. 

Según lo que comentó el hombre, afortunadamente los atracos se dieron en momentos en que los propietarios no se hallaban en el lugar, por lo que no han sufrido daños más que materiales: “Cae un montón de gente de afuera que viene a robar. Te sacan la ropa de la soga, garrafas, bicicletas, lo que encuentren que puedan llegar a vender”.

Frente a esta situación, los habitantes de la zona se sienten indefensos, sobre todo ante lo que ellos llaman “la inactividad” que caracteriza a la Policía. Asimismo, creen que si el negocio de la droga sigue creciendo, los delincuentes “van a terminar ganando el barrio”.

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