Crimen en el corralón de Olmos: perpetua

El Tribunal IV de La Plata condenó al acusado de haber asesinado de tres disparos a un comerciante. Los agravantes de la pena fueron que el crimen tuvo la finalidad de consumar el asalto y lograr la impunidad

El Tribunal en lo Criminal IV de La Plata condenó ayer a la pena de prisión perpetua al acusado Cristian Omar Borgert por haber  asesinado de tres disparos -en el pecho, en el estómago y en una pierna-, al comerciante Jorge Eduardo Suárez (43), en un corralón de Lisandro Olmos. 

El fallo fue dictado por los jueces Emir Caputo Tártara, Germán Alegre y Juan Carlos Bruni validando el alegato formulado por la fiscal Claudia Cendoya y los abogados de la mujer de la víctima, Carlos Irisarri y Alfredo Gascón.

Los jueces del Tribunal IV, por la secretaría de Nora Vernetti, concluyeron que el caso encuadra en un homicidio calificado para lograr la impunidad, es decir que el comerciante fue asesinado por los delincuentes con la finalidad de consumar el asalto y garantizar la impunidad. 

En la sentencia se acreditó que el crimen a sangre fría del comerciante se produjo cuando fue asaltado cerca de las 14,30, del 23 de enero de 2009, en 197, entre 53 y 53. 

Uno de los testimonios tenidos en cuenta por los jueces fue el del hijo de la víctima quien presenció el momento en que su padre fue ejecutado de un tiro en el corazón, luego de intentar atrapar a los delincuentes. También recibió un disparo en un hombro.

El hijo del dueño del corralón había llegado en ese momento, intentó defenderse arrojándoles un bate de béisbol, pero los asaltantes huyeron en la moto con la que habían arribado, una Honda CG150, negra. 

La sentencia determinó que el imputado Borgert tuvo una intervención en el hecho que resultó indispensable para la consumación. 

El día del trágico episodio, de acuerdo al relato que hicieron los propios familiares de la víctima, aparecieron dos personas en una moto y se hicieron pasar como clientes. “Aparentemente bajaron con un cuaderno y le pidieron un presupuesto. Jorge los atendió y los hizo pasar a la oficina de ventas”, relató Omar, uno de sus hermanos.