Denuncian que los desfiguró un patovica

Un joven de 23 años y su padre, de 47, quedaron con lesiones en sus rostros ayer a la madrugada. Ambos dijeron que fueron atacados por un empleado de seguridad del bar pool “Twins” de 7 entre 57 y 58. Indignación

Un joven de 23 años y su padre, de 47, denunciaron que un patovica de un bar pool ubicado cerca de los tribunales penales platenses les desfiguró la cara a golpes provocándoles fracturas de tabique y cortes.

El violento episodio habría ocurrido en el local nocturno “Twins” de avenida 7 entre 57 y 58 cuando Marcos, de 23 años, intentó ingresar al sector Vip para ubicar a su hermano y uno de los de seguridad del bar lo agarró del cuello hasta desmayarlo.

“Me dejó sin aire y me desvanecí. Me desperté y estaba tirado en la calle con heridas sangrantes en el rostro. Me incorporé y le pedí ayuda a un kiosquero. Una vez que me lavé un poco me fui en micro a mi casa”, afirmó el joven lastimado ante Trama Urbana.

Ni bien lo observó tan mal, Alejandro Clavijo, el padre del joven, lo subió a su auto y desde el domicilio de Ringuelet se dirigieron al Hospital San Martín.

“Pero antes paré frente al boliche y entré con mi hijo para que el encargado me dé explicaciones”, contó el hombre. Al ingresar, ya casi a la mañana de ayer, Alejandro dijo ante unos 15 patovicas, quienes esperaban cobrar: “Soy el padre de Marcos”. No pudo seguir, según denunció Clavijo, el mismo sujeto que golpeó a su hijo, lo desparramó a él de una piña.

“Quedé desmayado, con fractura de tabique y con un profundo corte en el labio superior”, detalló Alejandro.

Cuando Marcos quiso ayudar a incorporarse a su padre, recibió otra seguidilla de piñas.
Padre e hijo fueron atendidos en el Hospital San Martín y el joven permaneció internado en observación unas ocho horas. “A mí me dieron cuatro puntos de sutura en el Hospital Gonnet, por que en el San Martín no estaba el cirujano plástico de guardia”, aseguró Alejandro.

Marcos precisó que sufrió traumatismos en la región frontal, pisotones en las manos y un corte profundo en la parte interna del labio superior.

Los damnificados radicaron la denuncia en la comisaría Novena y anoche se iban a presentar en la UFI en turno.

“Somos gente de trabajo y casi nos matan”, concluyó Clavijo, quien es propietario de un remís.