Una violenta entradera terminó con un ladrón detenido por vecinos

Dos delincuentes ingresaron a una casa ubicada en 55 entre 18 y 19. A uno de ellos lo redujo el dueño de casa y, cuando quiso escapar, lo atraparon los frentistas. El otro está prófugo

La inseguridad tuvo un nuevo episodio en nuestra ciudad. En esta oportunidad, las víctimas fueron los integrantes de una familia que vive en una casa ubicada en 55 entre 18 y 19. 

Allí, a última hora del viernes, dos delincuentes aprovecharon que Roberto, el dueño de la finca, estaba ingresando su vehículo y, a punta de pistola, lo obligaron a entrar. 

Una vez en el interior le exigieron dinero. La víctima se defendió y logró reducir a uno de los ladrones, pero su cómplice se escapó. Luego, el ladrón que había sido dominado se dio a la fuga, aunque en la esquina fue capturado por un grupo de vecinos y más tarde, por la Policía. 

Este medio se hizo presente en el lugar de los hechos y dialogó con Roberto y su esposa: “Eran cerca de las 22.30 cuando estaba por entrar el auto y vi venir a dos muchachos, pero no sospeché nada, creí que iban a tomar cerveza en el bar de la esquina. Cuando me di cuenta, ya los tenía adentro de mi casa, cerraron el portón y con un arma me obligaron a ir para la cocina donde estaba mi mujer. Todo el tiempo me pedían plata y elementos de valor, de manera insistente”, cónto la víctima. 

Hasta ese momento, se trataba de una entradera convencional. Sin embargo, los ladrones, de alrededor de 18 años, no se quedaron en la cocina y le pidieron a Roberto que los acompañara al primer piso para corroborar si allí había más gente. “Arriba estaban mis hijos. Uno de los ladrones se quedó abajo con mi mujer y el otro subió conmigo. Al ver a  uno de los chicos, le sacó el celular y quiso corroborar si había llamado a la Policía. En un momento se distrajo y lo agarré, le quité el arma y forcejeamos. Fue entonces cuando se cayó por la escalera y, al verlo rodar, su compañero huyó. El que se había caído también se quiso escapar, pero en la esquina lo agarraron los vecinos y se lo entregaron a la Policía”, explicó.

Según fuentes policiales, al momento de llegar al lugar, el ladrón tenía sangre en el rostro, producto de haber sido golpeado por los frentistas.

Invadidos por el miedo

Roberto, quien trabaja como contador, no quiso en ningún momento que le sacaran fotos, debido a que uno de los ladrones está prófugo y temía una represalia. Durante la entrevista, en una oportunidad se quebró y comenzó a llorar, ya que pensó que todo pudo haberse dado de la peor forma, con su mujer o uno de sus hijos muertos. 

Además, mientras atendió a este medio, su mujer salió a pedirle por favor que no brindara ningún detalle. Ni siquiera realizaron la denuncia para no ser atacados nuevamente. La misma fue efectuada por los vecinos que atraparon al caco.

Por último, el dueño de la propiedad asaltada confesó que cuando vivía en 63 entre 18 y 19, también había sido víctima de una entradera e igualmente había logrado reducir a uno de los ladrones.

Respecto al barrio, los hechos delictivos están en crecimiento y la modalidad aplicada por los delincuentes es la de robar las ruedas de los autos estacionados.

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