El barrio de La Granja no sale de la conmoción

Familiares y allegados se hicieron presentes en el velatorio de los jubilados masacrados. Nuevos detalles de un brutal hecho que por el momento no tiene personas detenidas

Bajo un manto de tristeza absoluta, amparados solo en la sensación de dolor, los familiares y allegados de los jubilados masacrados a golpes en su casa de La Granja en un episodio que la Justicia todavía investiga, despidieron ayer los restos, con un último adiós marcado por la impotencia y la incredulidad. 

Los vecinos de las víctimas fatales, quienes todavía no salen del estupor, se manifestaron a su manera y decidieron colgar carteles en diferentes puntos del barrio. En las rejas de la vivienda donde se produjo el doble homicidio el pasado viernes, en 520 y 143, colocaron uno que decía “La Granja llora”, escrito sobre una tela blanca y con letras negras, mientras que en la casa de sepelios donde se llevó a cabo la despedida del matrimonio pusieron otros que rezaban “Nosotros no vamos a esperar que nos maten” y “Basta”.

Ante Trama Urbana, los lugareños se mostraron cansados y asustados por los hechos delictivos, y sentenciaron que “desde La Cumbre hasta Abasto hay zonas totalmente olvidadas. No sé en qué gastan la plata los delegados comunales”. Otro vecino, en tanto, dijo que “ya no se puede vi­vir. Pobres jubilados, pobre familia”. 

Hipótesis 

Al ciudadano italiano Pablo Jesús Vaccaro y a su señora Concepción Diaco (66) los asesinaron a golpes en la cabeza y el rostro, alrededor de las 20.15 del viernes en su inmueble. Los cuerpos, completamente ensangrentados, fueron hallados por uno de sus hijos, Carlos, que había ido a llevarles la tarjeta del cumpleaños de 15 que su hija planeaba festejar en dos semanas. Los investigadores creen que los criminales fueron entre dos y cuatro, y que actuaron con guantes. Lo que desconocen es si motivo del hecho fue el de cometer un robo, o realizar una venganza por algún hecho delictivo anterior que las víctimas habían denunciado.

Los pesquisas manifestaron que están analizando todas las posibilidades. Lo que llama la atención es que no se llevaron nada, ya que se encontraron electrodomésticos, di­nero, la cartera de la mujer “y ambos tenían colocadas las alianzas”. Una posibilidad es que los autores buscaran un efectivo que no encontraron y, para ello, golpearon hasta matar a los damnificados, “con el fin de que les revelaran dónde escondían la plata”. Eso, a su vez, explicaría por qué “cajones y roperos estaban abiertos, aunque no desacomodados”. 

“A ella la torturaron para que dijera dónde guardaba la plata”

Un calificado vocero aseguró que “a él lo mataron primero”, quedando sus restos boca abajo en la cocina, con la cabeza destrozada a golpes (se cree que contra el piso) y patadas (tenía marcas de zapatos). Presentaba lesiones en el rostro, el cráneo y la nuca. A la mujer, por su parte, “le pegaron y la llevaron por distintos ambientes de la propiedad, probablemente,  para que les diga dónde estaba la plata. La terminaron ultimando en el living”, y quedó boca arriba, con heridas en el lateral derecho de la cabeza, entre las cejas y en la cara. 

Por orden del fiscal en turno, un equipo de especialistas en levantamiento de huellas fue convocado para detectar todo tipo de muestras que pudieran haber quedado, aunque los resultados, hasta el momento, fueron negativos, por lo que los implicados habrían usado guantes, además de haber entrado sin forzar nada. En ese sentido, la principal sospecha es que ingresaron cuando lo hacía Diaco, sorprendiéndola.  

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