El final de la locura de Punta Lara

El horrendo crimen seguido de suicidio que tuvo lugar anteayer en Punta Lara aún continúa presente en los vecinos del barrio, quienes no logran salir de la conmoción generalizada que el caso generó. 

Tras la operación de autopsia realizada sobre su cuerpo el martes, Claudio Ponce de León, el sujeto de 51 años que se ganaba la vida haciendo trabajos de jardinería y albañilería y disfrutaba de la pesca, fue velado ayer y hoy inhumarán sus restos. 

En pareja desde hacía un tiempo con la abogada Primavera Otilia Lliache (48), recibió durante la madrugada del martes un tiro en el pecho con una escopeta calibre 16 de doble caño, que acabó con su vida prácticamente en el acto, dentro de su casa de 3 entre 58 y 58 bis. El arma la manipulaba un antiguo amigo de él, el taxista Claudio Pedro Orsini (48), quien le recriminaba que hubiera iniciado una relación con su exesposa, Lliache. 

Justamente Orsini acabó también con su vida, poniendo la escopeta debajo de su mentón y disparando, al verse rodeado por los agentes de la comisaría Segunda de Ensenada y del CPC. 

La operación sobre su cadáver no pudo llevarse a cabo anteayer debido a unos inconvenientes en la morgue, por lo que se haría hoy y, a continuación, sería enterrado sin que sus restos sean velados previamente, según le confió a este medio una fuente policial abocada a la investigación. 

Por su parte, Lliache se recupera en su casa de Almirante Brown entre 134 y 136, mismo sitio donde recibió un impacto en su pierna derecha, y en donde reside con su hijo, de 16 años, hijo también de Orsini y ahijado de Ponce de León. El menor escuchó dos impactos en el interior del cuarto de su madre y salió corriendo hacia la calle, y recién lo pudieron encontrar rato después en la vivienda de un vecino. 

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