Encapuchado causó pánico en el interior de un micro

Usuarios que fueron testigos del hecho comentaron que la gresca se produjo porque un joven no acató la orden del chofer de sacarse la capucha, la cual le daba un aspecto sospechoso. Al intentar agredir al conductor, recibió una golpiza. Ocurrió en City Bell

Un hecho sumamente grave tuvo lugar en las últimas horas, cuando un grupo de jóvenes subió en City Bell a un colectivo de la empresa 273. Como uno de ellos se negó a acatar la orden del chofer de sacarse la capucha que tenía puesta, terminó siendo agredido, en una situación que fue registrada por el resto de los pasajeros. 

Como este medio informó en exclusiva en su edición web, el suceso se registró alrededor de las 20 del miércoles, cuando la formación 110 del ramal D paró su marcha en el Camino Centenario y Cantilo, en pleno centro de la mencionada localidad. Entonces 

ascendió una comitiva de diez individuos, todos jóvenes, y uno de ellos con la capucha colocada, lo que imposibilitaba que se le viera el rostro y le daba un aspecto sospechoso. 

Ante esto, el conductor le pidió que por favor se la sacara, como medida de precaución. “Se produjeron ya varios hechos delictivos en los colectivos, y nosotros no somos la excepción. Estamos expuestos a cualquier situación complicada”, explicó un empleado de una empresa de micros. 

El muchacho hizo caso omiso al pedido y pretendió sentarse en uno de los asientos, pero no llegó a hacerlo porque el chofer se levantó y lo increpó, repitiéndole el pedido. En este punto, algunos de los pasajeros indicaron que el chico respondió de mala manera y habría intentando agredirlo, a lo que el conductor respondió. “Le dio un golpe en la boca, produciéndole un corte en el labio” que hizo sangrar a la otra parte, resumió un testigo, quien añadió: “Algunos trataron de mediar la situación, pero fue para peor”. 

Otro rodado 

Al intentar interceder en la gresca, un amigo del agredido también recibió algunos golpes. “El chofer solo quiso defenderse. Ellos eran un montón y lo pudieron haber matado”, dio su versión uno de los presentes. 

Finalmente, los diez individuos terminaron bajando de la unidad, quedándose en la parada esperando otra formación, pese a que la que tuvo el conflicto continuaba en el lugar. Al llegar un segundo micro, ambos conductores charlaron entre sí. “Les explicó los motivos de por qué no podía trasladar a alguien así. Si cometía cualquier delito, las vidas que corrían peligro eran la suya propia y la de los pasajeros”, finalizó un compañero del chofer. 

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