Entradera en 56 y 24: se llevaron hasta el juguete de un niño

Sucedió el sábado por la tarde. Dos cacos simularon una borrachera para acercarse a la víctima y cometer el asalto. Se dieron a la fuga con varios electrodomésticos y dinero en efectivo. Aún no fueron identificados

Como lo adelantó este medio en su versión digital, un mecánico de 25 años se encontraba trabajando en la vereda de su casa, ubicada a pocas cuadras del Parque San Martín, cuando fue interceptado por dos delincuentes que lo amenazaron a punta de pistola y lo hicieron ingresar a su vivienda. Allí recorrieron todas las habitaciones recolectando distintos objetos de valor, e incluso llegaron a arrancarle un joystick de la mano a un niño de 4 años para llevarse la PlayStation. Como si fuera poco, los maleantes efectuaron dos disparos mientras esperaban para huir porque su vehículo no arrancaba. 

“Siempre trabajo en la vereda y suelo dejar la puerta abierta, así que fui una víctima fácil. Estaba pintando y vi que venia un hombre haciéndose el borracho junto a otro que lo sostenía. Cuando me quedé esperando por  la curiosidad de ver si se caía, se acercaron, me apuntaron con un arma y me hicieron entrar”, así comenzó Agustín el relato sobre lo sucedido la tarde del sábado en su domicilio de 56 entre 24 y 25.      

“Me tuvieron todo el tiempo apuntándome. Los dos tenían armas, así que cuando uno hacia una cosa, el otro se encargaba de mí. Me llevaban con ellos mientras iban revisando las habitaciones. Yo no sabía que estaban adentro mi papá y mi hijo de 4 años. Pensaba que el nene se había ido con la mamá a hacer las compras, pero luego me di cuenta de que estaba jugando con la PlayStation. Cuando los ladrones lo vieron, le sacaron el joystick de la mano. Él quedó asustado, es chico, no entendía la situación. Solo vio que un extraño se llevó su juego y se quedó llorando”, explicó el damnificado, y agregó que entre los elementos de valor que se llevaron se encuentran también una notebook, su billetera con dinero, celulares y un rifle de aire comprimido. 

Una vez cometido su objetivo, los cacos emprendieron la huida corriendo hacia la esquina, donde los esperaba un Peugeot 206 color gris. El afectado salió tras ellos y se subió a su coche, creyendo que iban a escapar a pie. “Cuando llegaron a la esquina, el auto no les arrancaba y tuvieron que empujarlo. En ese momento salió mi papá, que se había escondido. Comenzó a gritarles y ellos efectuaron dos disparos a matar, porque uno pegó en un árbol, cerca de donde estaba él parado”. 

Llamados al 911, sin respuesta

El padre del afectado había logrado esconderse en un baño y pasar desapercibido por los maleantes. Desde allí comenzó a realizar llamados al servicio de emergencias 911, pero fue atendido recién después de que pasaron diez minutos.  

Los vecinos, alertados por las detonaciones, se comunicaron con a la comisaría Quinta, pero los delincuentes ya se habían dado a la fuga y no pudieron ser localizados. Al cierre de esta edición aún no se sabía nada de ellos y los agentes continuaban avanzando en las investigaciones. Sospechan que podría tratarse de una banda que provocó varios robos en la zona durante los últimos meses.

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