Errores repetidos, víctimas inocentes

La salidera bancaria millonaria del pasado viernes en 1 y 67 trajo los peores recuerdos del caso Píparo. La falta de seguridad en los bancos resulta alarmante  

Desde el gravísimo episodio que tuvo como víctima a Carolina Píparo, baleada en el barrio de La Loma en el marco de una salidera bancaria en 2010, las medidas de seguridad en dichas entidades habían aumentado. Pero, cinco años después, un millonario robo, en esta ocasión en inmediaciones de Plaza Matheu, volvió a dejar en manifiesto que, en realidad, poco cambió. 

Las siguientes horas serán cruciales para analizar el comportamiento de los empleados y los directivos del Banco Provincia ubicado en la esquina de 1 y 67, lugar exacto en donde una mujer fue sorprendida por dos delincuentes el viernes a la tarde y, a punta de pistola, la despojaron de los 1.215.000 pesos que acababa de retirar y con los cuales tenía previsto comprarse una casa. 

Natalia González (36), la víctima del robo, anunció que ya contrató al abogado Oscar Salas para que se “investigue a fondo” lo que sucedió, con el fin de “poder hacer justicia”.

La profesora de Lengua y Literatura busca saber “si hubo alguna responsabilidad del banco”, aunque no duda de que, al menos, “hubo negligencias relacionadas con la protección que me debían brindar ante el cobro de una suma como esa”. 

Ladrones ricos y en libertad

Tal como pasó con el caso Píparo, González admitió que “cobré la plata a la vista de algunos empleados”, dejando en evidencia una de las principales fallas de la entidad: no la trasladaron a una sala privada, un protocolo que debería ser habitual en estos trámites. “Tampoco vi custodios, y las otras veces que vine a este banco siempre había un policía”. No dudó en aseverar que “si la investigación determina que el banco fue culpable de que me roben, le voy a iniciar acciones legales”. Las autoridades del Provincia se desligaron del hecho en su versión oficial: “el pasado miércoles se le informó a la clienta que si deseaba cobrar la suma en cualquier sucursal debía esperar 48 horas desde el momento en que lo solicitaba”, por cuestiones de seguridad. Relataron que “se le ofrecieron otras alternativas, como realizar una transferencia que la clienta rechazó” y desmintieron que “se la haya citado para el viernes a una hora determinada”, sino que “se le informó que el dinero iba a estar disponible desde ese momento”.  Las dudas están y serán alimentadas durante los próximos días, pero algo es seguro: nada se sabe de los cacos que se acercaron en un Peugeot 206 y que actuaron armados, cometiendo el ilícito tras darle dos culatazos al cuñado de la víctima.

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