Habló el remisero baleado: “Tuve un Dios aparte”

El caso fue informado en exclusiva por Trama Urbana en su edición de ayer. La víctima contó que forcejeó con el caco, quien, después de dispararle, intentó asaltar a una vecina durante la huida. Mientras el hombre se recupera, la Policía busca intensamente al responsable del hecho

Dardo Oscar Bracho (52) aprovechaba el día de descanso para lavar su auto en la vereda de su casa, ubicada en 132 y 49. Era el mediodía del domingo y en el barrio dominaba un silencio que horas después sería alterado por los fuertes vientos del temporal. Cuando se aprestaba para pasar el cepillo y dosificar el agua de la manguera, Bracho vio una moto que se acercó a su posición con movimientos extraños. 

“Entonces me incorporé, porque estaba tirado en el suelo, y vi a un joven con un casco puesto que empezó a mirar para todos lados mientras buscaba algo en la cintura. En cuestión de segundos ya lo tenía prácticamente encima, por lo que comenzamos a forcejear”, expresó el hombre, de 52 años, quien trabaja como remisero en una agencia de la zona.

Luego de unos empujones, Dardo cayó al piso. “Me agarró desprevenido. Como la vereda estaba mojada y yo estaba calzado con ojotas, me caí rápidamente, casi sin darme cuenta. Temí lo peor, porque quedé tirado boca arriba, con el delincuente parado al lado mío”, detalló la víctima, quien no hizo referencia a la supuesta existencia de un cómplice del ladrón.

“En realidad no supe bien qué pasó, es como si hubiera estado en una película. Solamente noté que me apuntó a la pierna, cuando pudo haberme disparado en otra parte . Para mí lo hizo para que no lo corriera. Tuve un Dios aparte”.

Tras efectuar el disparo (con un arma calibre .22), el caco escapó en su moto y, según relató el propio remisero, le intentó robar a otra vecina a unas pocas cuadras de allí.

Bracho fue atendido en el Hospital Italiano, donde le realizaron exitosamente las curaciones correspondientes. “El orificio fue de entrada y salida, y por suerte no me afectó ninguna arteria importante. Estoy esperando que me saquen el yeso para volver a trabajar, ya que soy el sostén de la familia”, relató desesperado.

“Vivo desde que nací en este barrio y es la primera vez que me pasa algo así. Sin embargo, hace poco una chica de enfrente sufrió un robo durante la madrugada y dicen que esta zona se ha puesto bastante picante”, concluyó.

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