Homicidio en un recital: el juicio

Un tribunal de La Plata comenzará a juzgar a Iván Fontán sospechado de haber arrojado la bengala que ocasionó la muerte de Miguel Ramírez durante el show de La Renga en el Mouras

En un singular debate oral, la justicia penal de La Plata juzgará desde el próximo lunes a Iván Fontán (27) sindicado por arrojar una bengala que mató a Miguel Ramírez (32), durante un recital de La Renga, en el autódromo Roberto Mouras de nuestra ciudad.

Tal como anticipó Trama Urbana, Fontán será juzgado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) II de La Plata, integrado por los jueces Claudio Bernard, Silvia Hoerr y Liliana Torrisi, por el delito de "homicidio simple, con dolo eventual", es decir que debió representarse que con su actitud podía provocar la muerte de una persona, el cual prevé penas de entre 8 y 25 años.

En septiembre del año pasado, la Sala III de la Cámara Penal de la capital bonaerense, con las firmas de los doctores Carlos Silva Acevedo y Alejandro Villordo, dejó firme la elevación a juicio de la causa, al confirmar todo lo actuado por la fiscal Virginia Bravo.

Iván Fontán permanece en libertad desde que, en junio de 2011, los mismos camaristas revocaran la prisión preventiva dictada por el juez de garantías César Melazo.

Para la acusación, se probó que el 30 de abril de 2011, a las 22.30, "Fontán encendió un dispositivo portátil del tipo bengala, que dirigió al nutrido grupo de personas que se encontraba dispuesto a escuchar el concierto que daría el grupo de rock La Renga".

“En momentos en que se apagaban las luces... el proyectil impactó en la humanidad de Miguel Ramírez, interesando la zona cervical, fracturando maxilar inferior derecho y primera costilla, lesiones que provocaron la muerte" una semana después en el hospital, afirmó la fiscal Bravo.

Pura química

La defensa de Fontán planteó que la víctima murió por una mala atención hospitalaria y que no se acreditó que la bengala que impactó en el joven muerto sea la misma que arrojó el procesado (lo que técnicamente se denomina nexo causal).

Sin embargo la fiscal dio por acreditado en base a una pericia química que se trató del mismo artefacto pirotécnico. Los peritos analizaron microscópicamente la ropa que el acusado y la víctima llevaban puestas en la noche del 30 de abril de 2011. Los resultados de los compuestos químicos fueron idénticos. Las prendas de vestir analizadas “han estado en contacto con las sustancias pulverulentas utilizadas en la fabricación de artefactos pirotécnicos”, se concluye en el informe pericial.