Insólita entradera enfrente de una comisaría

Dos delincuentes ingresaron a una casa de Tolosa. Usaron como campana a una chica que gritó pidiendo ayuda. Un vecino fue a ver qué pasaba y lo redujeron. Lo ataron y lo golpearon durante 20 minutos

De locos, de película, irrisorio, pero real: dos sujetos fueron detenidos durante la madrugada de ayer luego de haber cometido una entradera en una casa de Tolosa ubicada justo enfrente de la comisaría, luego de hacer una burda maniobra para llamar la atención del vecino y sorprenderlo con armas de fuego, informaron fuentes policiales. 

El insólito episodio ocurrió en 1 entre 528 bis y 529, a metros (y en línea recta, cruzando las vías) de la dependencia Sexta, y fue protagonizado por al menos tres personas. 

“Eran las 0.30 y una mujer empezó a pedir auxilio”, le dijo Juan Fernández Iriarte, vecino de la víctima, a Trama Urbana. “Se paseaba por toda la cuadra gritando, y yo salí a ver qué pasaba”. 

Lo mismo hizo poco después el damnificado, un odontólogo de 63 años. “Cuando se asomó, la chica que gritaba desapareció y a él se le metieron adentro de la casa dos hombres, que habían dejado estacionado un Ford Falcon en 528 bis y 1”, aseveró Iriarte. 

Adentro de la propiedad, comenzó un calvario para el profesional, quien “vive solo”: los cacos lo llevaron hacia la habitación y lo sentaron a la cama, para atarle luego los pies y las manos con cinta, y propinarle fuertes golpes, tapándole también la boca. Con el dueño de la finca inmovilizado, los maleantes empezaron a recolectar todos los objetos de valor que pudieron, quedándose dentro por unos “veinte minutos”, según cálculos del frentista. 

Devolvió los golpes

Otro vecino del odontólogo notó que pasaba algo sospechoso y tocó la puerta de su casa pero, al no obtener respuesta, decidió comunicarse con el 911. Personal del Comando de Prevención Comunitaria, en conjunto con los efectivos de la comisaría Sexta, al mando de su titular Sebastián Velázquez, se dirigieron a la morada. En el interior descubrieron al sujeto amordazado y a los ladrones recorriendo las dependencias, que estaban en completo desorden. 

Los redujeron y les secuestraron un revólver calibre 38 y una mochila en cuyo interior había 18 cartuchos calibre 12/70 intactos con munición de guerra, tres cartuchos de estruendo, una caja con 36 proyectiles calibre 22 largo y otra con 45 proyectiles, un cargador calibre 22 con nueve proyectiles intactos, 33 proyectiles calibre 38 y 45 calibre 22 corto, una notebook, un mouse, un cargador, cuatro desodorantes y pedazos de cinta adhesiva que usaron para maniatar a la víctima, mientras que también incautaron el Falcon, patente USB 223. 

Liberado de las ataduras, el damnificado se acercó y golpeó fuertemente a uno de los malhechores, un chapista de 42 años. Él, como su cómplice, un empleado de 18 años, son de City Bell y quedaron detenidos bajo el delito de “tentativa de robo agravado por el uso de arma, privación ilegal de la libertad y lesiones” y serán indagaos por la UFI 2 de Betina Lacki. 

Hace un año, un caso similar en la cuadra

Juan Fernández Iriarte, el vecino del odontólogo asaltado durante la madrugada de ayer en su casa ubicada justo enfrente de la comisaría, le contó a Trama Urbana que hace “cuatro años” que vive en la zona y que en los últimos tiempos se repitieron hechos de violencia y delincuencia. 

De hecho, no fue la primera vez que se comete un robo en la cuadra de 1 entre 528 bis y 529. “Hace un año se metieron en la casa de la vecina (a menos de 40 metros de la finca del robo de ayer), y también la maniataron y la torturaron. Además, se registraron robos de carteras y bicicletas”, aseguró. 

Acerca de la mujer que alertó a los vecinos de la cuadra con pedidos de auxilio, nada se sabe, más que se dio a la fuga una vez comenzado el ilícito. “Fue increíble lo que pasó, porque llamó la atención de todos los vecinos y enfrente de la comisaría”, destacó el frentista, quien dijo además que unos sujetos “ya venían pateando puertas”.