La Loma, en estado crítico

Una familia vivió una verdadera pesadilla dentro de su departamento, al ser atacada por una banda de delincuentes. Los vecinos y comerciantes estallaron 

La inseguridad que viven los comerciantes y los vecinos de La Loma tocó su punto límite en la última semana, cuando una familia fue asaltada en su propio departamento por un grupo de seis delincuentes que venía de una serie de ilícitos, mientras que durante la tarde del miércoles la víctima fue una verdulería del lugar, informaron ayer fuentes policiales. 

El episodio más grave se vivió en 36 entre 24 y 25, cuando una joven salía de un edificio y fue abordada por dos ladrones, quienes la obligaron a volver a entrar. Fueron hasta el primer piso, tocaron el timbre de uno de los departamentos y abrió una señora: “lo hice porque conozco a la chica que llamó”, le contó a Trama Urbana. Lo que desconocía era que ella no estaba sola. 

Una vez en el interior, los cacos redujeron al matrimonio, a su nieto y a la muchacha, amenazándolos constantemente con armas de fuego. Se apoderaron de “las pensiones nuestras, que son las mínimas, pero querían más y más”, añadió la víctima, quien manifestó que el robo se produjo a las 14 del pasado miércoles 20, aunque trascendió en las últimas horas. 

“No se conformaban, eran muy violentos y querían más plata, pero no había más”, detalló la señora, al tiempo que le mostraba a este diario las marcas que quedaron en su cuerpo: “no sé en qué momento, pero me cortaron en los brazos”. Para dominar la situación, los maleantes maniataron al más joven de todos, el nieto de los damnificados: “le ataron las manos con una cartera mía que cortaron”, aseguró la mujer. 

Consumado el robo, se dieron a la fuga en una moto (donde había un sujeto esperándolos) y en un auto, con otros tres cómplices en su interior. 

Desidia policial 

Lo llamativo del asunto es que la clienta de una cerrajería de la que son dueños una parte de las víctimas comenzó a perseguir a los maleantes en su propio vehículo: “los persiguió hasta Los Hornos, mientras se iba comunicando con el 911 para pasarles las direcciones en las que se encontraba y brindándoles la patente del auto, pero ellos nunca hicieron nada”, mencionó el hermano de la mujer, indignado, y amplió que “en un momento dado, abandonaron la moto y se fueron todos en el coche”. 

Los damnificados no dudaron en afirmar que “hay una terrible impunidad, y muchas veces dicen que es porque son menores, pero estos no eran menores. Como si fuese poco, los mismos policías nos dijeron que venían de robar, ese mismo día, tres estaciones de servicio y dos comercios”. Para finalizar, esgrimieron que “se está viviendo mal, estamos entregados. Lo peor es que si me compro un arma y me defiendo, el que va preso soy yo”.