Lo condenaron a diez años de prisión por robar a mano armada

Ezequiel Romero le sustrajo dos motos a dos personas en distintas oportunidades, en una de ellas con la participación de un menor. Además hirió a una de las víctimas que, a causa de eso, perdió su trabajo

La jueza del Tribunal Oral en lo Criminal nº 2 de La Plata, Liliana Torrisi, condenó a Ezequiel David Romero a diez años de cárcel por haber robado a mano armada y con la participación de un menor de edad durante el mes de agosto de 2014. 

Según quedó acreditado, el 4 de agosto, alrededor de las 21.30, tres amigos identificados como Sebastián Emanuel Ibáñez, Brian Galeano y Ramiro Caballero circulaban a bordo de un Ford Sierra en calle Hernández y 25 de Mayo de la localidad de Ensenada, cuando fueron interceptados por un vehículo Peugeot 206. De ese automóvil descendió el imputado, que iba de acompañante, exhibiendo un arma de fuego y efectuando un disparo al aire, para luego gatillar en tres ocasiones más contra el pecho de Caballero sin que se produjera ningún disparo. Sin embargo, un cuarto proyectil lo hirió en la pierna izquierda. La víctima buscó refugio en el interior del vehículo pero el agresor lo persiguió y le dio varios culatazos con el arma. 

Luego de la agresión, sus dos amigos lo llevaron a una sala de primeros auxilios en Punta Lara pero, como consecuencia de la lesión sufrida, perdió la movilidad de una de sus piernas y debió hacer un año y medio de rehabilitación y tratamiento que lo dejaron sin el trabajo que tenía en YPF, por la cantidad de licencias médicas que se tomó. 

Durante su declaración, Caballero dijo que, días antes de ese hecho, mantuvo una disputa con Romero a quien conocía con el apodo de “Chino Robledo”, a raíz del robo de una motocicleta a un amigo.

Romero también fue hallado culpable de haber amenazado y robado una motocicleta a una pareja el 24 de agosto de 2013 en la intersección de las calles 13 y 162 de la localidad de Berisso. Para cometer este ilícito, el imputado iba acompañado de un menor de edad, que la jueza tomó como un agravante para condenarlo a diez años de prisión y ordenar su detención inmediata, ya que había llegado en libertad.