Los despertaron con un arma en la cabeza: una familia sufrió un asalto profesional

Tres sujetos encapuchados y fuertemente armados rompieron una reja para entrar a una vivienda de Ensenada. Allí, maniataron a una pareja y una joven, quienes se encontraban durmiendo. Les robaron dinero, una bicicleta y una cámara 

Cerca de las cuatro de la madrugada de ayer, María Cecilia dormía con su pareja en su casa de Lavalle entre Garay y Mitre, en la localidad de Ensenada, cuando sintió que alguien la despertaba. En ese instante, no supo si estaba soñando o si lo que ocurría era parte de la realidad. Apenas abrió los ojos, sin embargo, comprobó que estaba en problemas. 

“Había un hombre encapuchado que me puso un revólver en la cabeza. Miré hacia el costado y otro le pegó un culatazo a mi novio. No podía entender lo que estaba pasando”, contó la mujer a Trama Urbana, mientras a su alrededor se imponía un caótico desorden: ropa tirada, documentos arrojados y una silla caída hacia un costado. 

“No sabemos por dónde empezar a ordenar. Los delincuentes estuvieron un rato largo, casi una hora y media, revolviendo toda la casa. No podemos salir del shock, pensábamos que podía pasarnos cualquier cosa”, enfatizó. Su hija también dormía en otra habitación y uno de los tres ladrones que ingresaron a la vivienda, todos encapuchados, armados y con guantes, la fue a despertar. 

“Me llevaron a la habitación de mi mamá y nos precintaron a los tres. Nos decían que no los miráramos, y pedían plata. Les dijimos que teníamos poco dinero, pero no nos creían. Les dije que si querían comprobarlo, entonces que rompieran el suelo. Y lo hicieron, creyendo que les estaba diciendo algo cierto”, agregó Mercedes, de 20 años, a la vez que mostraba las maderas que fueron destrozadas por los atracadores. 

La logística del hecho fue propia de un grupo comando. Una vez que entraron a un patio interno, los tres asaltantes rompieron una reja de la cocina con un soplete. Desde allí, se dirigieron al interior. “Se habrán tomado un buen tiempo para desprender cada unión, porque la reja estaba encastrada a la pared. Lo raro es que no escuchamos nada y recién nos sobresaltamos cuando nos pusieron el arma en la cabeza”, acotó María Cecilia. “Creemos que había un cuarto hombre esperando afuera, porque se comunicaban por celular con él”, agregó su hija. 

“Se movían en bloque”

Las víctimas remarcaron que el susto fue grande pero, más allá del golpe a la pareja de la mujer, los cacos no ejercieron otro tipo de violencia. “Actuaron como profesionales. Una vez que los perros empezaron a ladrar nos movieron a otro lugar para que se calmaran. Y hacían poco ruido, como para no alertar a los vecinos. Había uno que nos vigilaba a nosotros en el cuarto, y los otros buscaban por la casa. Se movían en bloque. Solo a uno de ellos, que era el que lideraba el robo, le agarraban ataques repentinos y amenazaba con que nos iban a lastimar si no les dábamos efectivo”, relató la joven. Además, ambas dijeron que, cuando fueron a hacer la denuncia, a los efectivos les llamó la atención el procedimiento de los maleantes, algo poco habitual en la zona. 

“Tuve miedo de que le pasara algo a mi hija, porque me decían que la iban a secuestrar si no aparecía lo que ellos pedían. Pero se convencieron de que no había nada porque estuvieron casi una hora y media y hasta rompieron el piso creyendo que teníamos plata escondida. Cuando se fueron, sentimos un alivio muy grande. Y nos llamó la atención que se llevaran pocas cosas”, concluyó la dueña del hogar. 

Se apoderaron de una suma cercana a los 20.000 pesos, una bicicleta todoterreno, una cámara 360º, los celulares de los damnificados y unos anteojos. Por el hecho tomó intervención la comisaría Primera de Ensenada. 

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