No hay rastros de los ladrones que balearon al policía en Romero

Lo único que se sabe es que andaban en una moto roja. En tanto, el uniformado, tras haber permanecido en estado crítico, se encuentra estable gracias al accionar de los médicos. Sin embargo, continúa en terapia intensiva

Dentro del aspecto negativo general, hay un hecho positivo que no puede pasarse por alto: el agente de la Policía Local baleado el viernes durante un asalto fallido en Melchor Romero se recupera lentamente y abandonó el estado crítico en el que se encontraba, señalaron ayer fuentes policiales y judiciales. 

Se trata de Jhonny Santos Navia (25), quien “entre la noche del viernes y la madrugada del sábado pasó de estado crítico a estable. Cortó el sangrado interno y bajó la fiebre”, le contaron a Trama Urbana desde la Secretaría de Seguridad y Justicia.

En tanto, aseguran no tener novedades acerca de los delincuentes que le dispararon en el abdomen, por lo que hasta el cierre de esta edición se mantenían prófugos. Lo único que saben de ellos es que “andaban en una moto Titán de color rojo”, por lo que la búsqueda se centra en ello, todavía sin mayores avances. 

Brutal enfrentamiento 

Como informó este medio en su edición anterior, todo se inició alrededor de las 16.20 del viernes en 516 entre 159 y 160; allí, Gabriela Navia tiene un kiosco y almacén en el frente de su propiedad, pero esta vez la jornada laboral iba a ser diferente. Ingresó un hombre armado, le pegó un culatazo en la cabeza y le pidió la recaudación. Uno de sus hijos vio lo que estaba sucediendo y corrió hacia la casa para avisarle a su hermano, Jhonny, quien ya tenía puesto el uniforme porque a las 17 debía presentarse. Tomó su pistola reglamentaria, fue al local y desató un enfrentamiento que incluyó varias detonaciones. Uno de los proyectiles impactó en el abdomen del policía, que cayó al suelo mientras el ladrón corrió hacia la calle y se subió a la moto conducida por su cómplice, aparentemente sin llegar a robar nada. 

Debido a la gravedad del hecho, el joven fue trasladado en un auto particular al Hospital Alejandro Korn, donde los médicos que lo asistieron detectaron rápido la gravedad del cuadro, por lo que lo intervinieron quirúrgicamente, estabilizándolo. 

Al mismo nosocomio fue la madre del baleado, por el fuerte traumatismo en la cabeza. “Pese al shock, su estado de salud es bueno”, contó un pesquisa. 

Junto con el Comando de Patrullas de Ricardo Astopini, agentes de la Jefatura Distrital Oeste y personal de la comisaría Decimocuarta, llegaron al lugar del hecho detectives del Gabinete de Homicidios de la DDI y peritos de la Policía Científica. Estos últimos encontraron e incautaron para su investigación nueve vainas servidas (9 milímetros), que serían del arma del Santos Navia, y dos calibre .32, que habrían salido de la pistola del caco. Acerca de él, creen que también pudo haber recibido algún disparo, aunque hasta el momento no se presentó a ningún centro de salud para ser asistido.

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