Por una carta, rescatan a una mujer secuestrada

Una joven de 20 años sufrió un calvario durante 12 meses. Su pareja, de 29, la tenía encerrada en una finca de ruta 2, a la altura del kilómetro 56. La víctima le dio un manuscrito a un ocasional visitante en el que contaba sus padecimientos

Una joven de 20 años fue rescatada ayer al mediodía de una finca de Abasto luego de haber quedado cautiva desde hacía un año de su pareja, la que la encerró en una habitación y la sometió a golpizas y amenazas, informaron fuentes policiales y judiciales.

El procedimiento lo llevó adelante personal de la DDI La Plata, a cargo de Daniel Cantarini, por disposición de la UFI nº 11 del fiscal Álvaro Garganta, y en el operativo fue detenido un joven de 29 años.

Los efectivos allanaron una vivienda ubicada en un predio rural de la ruta 2 al kilómetro 56 y hallaron a la damnificada en estado de shock, con lesiones, mal alimentada y con falta de higiene.

La pesadilla de la mujer comenzó a acabarse unos días atrás cuando un hombre detuvo su marcha y se acercó a la finca para hacer una consulta, y la joven aprovechó un descuido de su pareja para darle al visitante ocasional una carta.

El hombre siguió su marcha y al leer la misiva cayó en la cuenta de los tormentos que venía padeciendo la mujer. Inmediatamente, se puso en contacto vía telefónica con personal de la Subsecretaria de Derechos Humanos de la Municipalidad de La Plata.

Desde la dependencia municipal dieron intervención a la fiscalía en turno y a la DDI local. Los detectives realizaron algunas tareas de investigación y confirmaron la extraña situación que se vivía en ese predio de producción de hortalizas.

Celos enfermizos

Fue así que los uniformados allanaron la vivienda y rescataron a la joven. Un jefe policial afirmó que “la pareja estaba en crisis y el hombre para evitar que la mujer se fuera, optó por amenazarla, golpearla y encerrarla”.

Al parecer los celos enfermizos del sujeto ocasionaron la odisea de la joven, la que desde ayer quedó alojada en una Casa de Abrigo de La Plata.

Los detectives intentaban anoche ubicar a familiares de la víctima en una provincia del norte del país. El fiscal Garganta imputó al empleado rural por los delitos de “privación ilegal de la libertad, amenazas y lesiones”.

Si no hubiese sido por el sujeto que se acercó ocasionalmente al campo, el calvario iba a persistir. “Es que a la mujer le era imposible pedir ayuda en las inmediaciones debido a que no había viviendas cercanas”, explicó un vocero de la fuerza.