Los Hornos

Robo, persecución y tiroteo: un caco abatido

El impresionante raid, propio de las películas de acción, pasó por tres barrios de nuestra ciudad e incluyó choques y patrulleros en zanjas. Crónica de una madrugada de terror

Fue un combo completo: robo a un policía, tentativa de entradera, fuga, persecución, accidente, tiroteo y un caco muerto. Ese es el resumen de una noche y una madrugada de terror que se inició en Tolosa, pasó por San Carlos y finalizó en Los Hornos, donde se halló el auto de los delincuentes abandonado al pie de una zanja y al ladrón abatido en el asiento trasero. 

Fuentes policiales y judiciales le contaron a Trama Urbana que el sangriento hecho se inició a las 22.30 del miércoles, cuando un capitán que presta servicios en la subcomisaría La Unión arribó a su casa de 529 entre 29 y 30 en su coche particular. Cuando se prestaba a guardarlo en el garaje, apareció un Peugeot 207 blanco, patente LSK 699, del que descendieron dos hombres armados, quedando otros dos adentro. Lo increparon y le exigieron sus pertenencias pero, no conformes con ellas, le exigieron ingresar al domicilio. 

El agente, Víctor Fabián Pereyra, “se negó, poniendo evasivas, como que no tenía las llaves”, le confió a Trama Urbana un vocero policial. Los maleantes, sin embargo, insistieron. “Lo amenazaban constantemente, le aseguraban que lo iban a matar, pero no lo golpearon”, agregó el pesquisa, y detalló que los asaltantes terminaron escapando cuando “escucharon un ruido, aparentemente producido por un vecino, que vio lo que estaba pasando”. 

El final de la historia 

Con el celular, el Nextel, la billetera y el arma reglamentaria marca Browning de la víctima, subieron al coche y enfilaron hacia San Carlos. Ya alertados del hecho, agentes del Comando de Patrullas, coordinados por Ricardo Astopini, implementaron un operativo cerrojo y los divisaron en 137, 38 y 39. Un patrullero se puso delante del rodado conducido por los delincuentes, con el fin de que detenga la marcha. Pero, lejos de hacer eso, chocaron a la patrulla. Cuando un efectivo descendió, “le dispararon varias veces, por lo que se repelió la agresión, iniciándose un tiroteo”. Tras el mismo, el auto involucrado siguió de largo y huyó. Una camioneta de la fuerza los siguió de cerca hasta que perdió el control en 38 y 140 y cayó a una zanja, reventando el neumático delantero derecho. 

Parecía que todo había terminado, pero a la historia le quedaba aún un capítulo más. Mientras se corroboraba que los uniformados que participaron de la persecución y la colisión “estaban fuera de peligro y sin lesiones”, la dueña de un bar emplazado en 65, 150 y 151 llamó al 911 para denunciar la presencia de un cuerpo sin vida en la parte de atrás de un auto abandonado. Cerca de la 1.30, se comprobó que el rodado era el del raid delictivo y que el cadáver presentaba un balazo en la espalda.