Se incrementan los hechos sangrientos en la región

Febrero se convirtió en el mes más conflictivo de los últimos tiempos y marzo no parece quedarse atrás. Además de la alta tasa de homicidios, se produjeron hechos con baleados y apuñalados

Luego de un enero relativamente tranquilo en el que no se produjeron homicidios, aunque sí hechos de violencia, la ciudad de La Plata y sus alrededores se convirtieron en un verdadero infierno, en el que la vida humana pasó a no valer nada y los hechos delictivos más sangrientos se multiplicaron. 

Solo en febrero se produjeron siete crímenes, el número más alto desde agosto del año pasado y el segundo más elevado de los últimos años. Pero no se trata únicamente de muertes violentas, sino de robos y peleas que arrojaron baleados y apuñalados de diversa índole, con un factor común: muchos de los atacantes aún no fueron localizados. 

Damián Ezequiel Corbalán, el delincuente de 26 años abatido de un disparo por un policía al que había querido asaltarlo en Punta Lara, se trata del último caso con resultado fatal, pero detrás hay varios más que Trama Urbana recuenta a continuación. 

El viernes 3 de febrero, Christian Maldonado fue asesinado de un tiro por la espalda al huir de una tentativa de entradera que había querido protagonizar junto con otros cacos, en 508 entre 26 y 27. Lo mató el dueño de la casa. Horas antes, Ángel Bigne (78) fue acuchillado en el abdomen en 120 y 524, al resistirse a que dos ladrones le sacaran el auto. Estuvo en grave estado en el Hospital Rossi. El mismo día, a un joven le cortaron el cuello con una faca en 153 y 16 de Berisso, para apoderarse de la moto en la que iba. Los dos últimos casos se mantienen impunes. 

El domingo 5, Dardo Bracho (52) fue baleado en la rodilla en 132 y 49. El único autor del hecho se fugó al no poder materializar el ilícito y cayó días después. 

El martes 7 también estuvo teñido de sangre: un chico de 19 años recibió una puñalada de diez centímetros en la pierna por un malviviente que no le pudo sacar nada y escapó. Poco después, Ramiro Pavón (22) sufrió un tiro en el muslo, uno en la mano y otro en el dedo en 170 y 44, acción que no tuvo apresados. Por último, una misma banda le robó a dos hombres de 29 y 32 años en La Loma: uno terminó con un tiro en la pierna y el otro con un culatazo en la cabeza. 

El día siguiente, en Hernández, fueron atacados Juan Pablo González (tres tiros en las piernas) y Ángel Maldonado (uno en la columna) por sujetos desconocidos. En tanto, el jueves 9 un muchacho de 20 años fue baleado en el pecho por su novia, en 83 entre 14 y 15.  

Voz autorizada 

“Todo tiene una explicación: enero fue relativamente un mes planchado, salvo algunos fines de semana en los que hubo movimiento. Después, ya en febrero y hasta hoy en día, la ciudad volvió a tener su ritmo frenético y los hechos graves se acrecentaron”, le contó a este medio un jefe de la fuerza, respondiendo a la pregunta de por qué crecieron tanto los delitos de un mes a otro, y añadió: “No digo que los delincuentes, o varios de ellos, se hayan ido a la Costa a robar, pero tampoco lo descarto. No sería además la primera vez que pasa. De hecho, en muchas temporadas fueron apresados en el Partido de la Costa varios ladrones de la región”. También se animó a admitir algo que los propios vecinos denuncian: la falta de patrulleros. “No damos abasto con las zonas. Muchos de los móviles están rotos y fuera de circulación”.

Cinco días infernales

En marzo, además del policía que mató al ladrón en Punta Lara, también se registraron lamentables sucesos. El jueves, un adolescente de 15 años baleó en la panza a otro de 17, dejándolo en grave estado. Al día siguiente, un comerciante de 62 años fue alcanzado por un proyectil disparado por uno de los cuatro delincuentes que le robaron el auto en 25 entre 524 y 525, hiriéndolo en la pierna, y en esa misma jornada ladrones apuñalaron en el abdomen a Primitivo Rodríguez en Olmos, mientras que en San Carlos un joven cortó en el cuello a su padre. 

Por último, la madrugada del sábado dejó otros dos baleados durante ilícitos: uno en Villa Elisa y otro en City Bell, ambos lesionados en sus extremidades inferiores. Los autores se movilizaban en una moto y los pesquisas creen que puede tratarse de una misma banda, la cual todavía se mantiene alejada de la Justicia. 

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