Sigue grave el estudiante baleado por un policía

El joven de 27 años perdió mucha sangre y el proyectil le afectó el hígado y el pulmón. “Su estado es reservado”, aseguró un investigador. El hecho ocurrió en un bar de 8 entre 41 y 42. El agente está detenido 

Cuesta entender tanta locura, más cuando el protagonista de la historia es hombre dedicado a la seguridad, que posee un arma y se supone que debe proteger a los ciudadanos. Nada de eso ocurrió la madrugada del sábado, cuando miembro de la Policía Local disparó a mansalva dentro de un boliche, hiriendo de gravedad a un joven estudiante que se encontraba en el lugar con amigos y su novia. 

La víctima, Rafael Eduardo Cobo, un tandilense de 27 años que hace ocho se radicó en La Plata para estudiar Psicología, se mantenía al cierre de esta edición internado en grave estado en el policlínico San Martín, aunque “estable”, le confirmaron a este medio fuentes policiales. 

“Ingresó al Hospital con una importante pérdida de sangre, con un tiro que entró por el abdomen intercostal del lado derecho y salió por la espalda, lo que le provocó un traumatismo hepático y le perforó un pulmón. Su estado es reservado y, por el momento, no tuvo complicaciones”, agregó un pesquisa. 

Sin embargo, el parte médico al que accedieron los familiares indicó otra cosa: allí se estableció que el muchacho, si bien permanece estable, su estado es crítico. Fue intervenido quirúrgicamente y ahora aguardan su evolución para volver a someterlo a una cirugía. 

Disparó a mansalva

El responsable de haberlo dejado en ese estado es Julián Gabriel Cabañas (35), un efectivo de la Policía Local. En estado de ebriedad, llegó en un auto junto a su pareja, también de la misma fuerza y de 32 años, a un club nocturno donde se llevaba a cabo una fiesta cultural, en 8, 41 y 42. Al bajar, dejaron encerrados en el vehículo a dos hijos de ellas, de tres y 10 años.

Dentro del boliche, los efectivos “comenzaron a discutir, se cree que porque ella quería irse y él no”. Luego de la pelea, ambos se fueron pero la mujer reingresó. Cuando el hombre quiso hacerlo, se lo impidieron, para evitar inconvenientes. El agente entonces se dirigió a su coche, tomó su arma reglamentaria nueve milímetros y disparó varias veces. Eran las tres de la mañana. 

“Tanto él como su pareja estaban bajo los afectos del alcohol y, posiblemente, también de algún medicamento”, señalaron desde el ministerio de Seguridad. 

Uno de esos proyectiles impactó en Cobo, quien fue trasladado malherido al policlínico en una camioneta policial, ante la tardanza de la ambulancia y la gravedad del estado. En lo que no se ponen de acuaerdo los testigos es en dónde ocurrieron las detonaciones, ya que si bien los presentes dijeron que fueron en la vereda, los familiares de la víctima refirieron que fue dentro del club. 

Peritos de la Policía Científica incautaron en el lugar dos proyectiles intactos, un casquillo y tres plomos encamisados pertenecientes al calibre nueve milímetros, además de secuestrar el arma del efectivo.

Cabañas no sólo fue desafectado de la fuerza (al igual que su pareja, quien fue aprehendida por “resistencia a la autoridad” y luego liberada), sino que quedó detenido, acusado del delito de “tentativa de homicidio”. 

Indignación por la reiterada violencia de agentes de la fuerza 

El gravísimo episodio registrado en el centro nocturno, en donde un efectivo de la Policía Local le disparó a un estudiante se sumó al hecho que tuvo lugar el miércoles, cuando un detenido que iba en un patrullero terminó muerto con un tiro en el cráneo. Ante estos dos últimos hechos, que afectaron a los agentes de la ley y tuvieron como escenario las calles de nuestra ciudad, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) pidió una reunión con el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, para expresar su preocupación ante los casos de violencia policial.  

El primero de los hechos tiene que ver con Juan Martín Yalet, quien fue aprehendido tras cometer una entradera y murió de un disparo dentro de un móvil cuando era trasladado esposado a la comisaría Novena. “Todo indica que estamos frente a otro caso de gatillo fácil”, expresó el organismo en un comunicado.

Pero la entidad que preside el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, mostró su preocupación además por la balacera en el boliche. “En un año, con una preparación de sólo seis meses, más de 500 agentes salieron a las calles de La Plata portando armas, con una instrucción precaria e insuficiente. Esto es peligroso y genera más inseguridad de la que pretende resolver”, agregó la CPM.

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