Sigue la búsqueda de los cómplices del crimen en Romero

Leandro Cari (24), agente de Policía, había sido asesinado a balazos por delincuentes que ingresaron a su casa con fines de robo. Uno de ellos murió a manos del oficial, mientras que el resto se dio a la fuga

La Policía continúa buscando a los cómplices del delincuente abatido en la madrugada del martes pasado en una vivienda de Melchor Romero, donde previamente había acribillado a uno de sus dueños en un intento de robo, afirmaron fuentes oficiales.

La única pista de público conocimiento es que el asaltante que murió era de la localidad bonaerense de Pilar, por lo que se cree que sus compañeros podrían tener la misma procedencia.

Luego de su deceso, se lo pudo identificar como Horacio Botias, de 39 años, dueño de un cargado prontuario criminal. Al momento del atraco poseía un arma de fuego que tenía pedido de secuestro desde marzo de este año, propiedad de un comerciante de Pinamar.

Otro dato que será de vital importancia para la investigación es el entrecruzamiento de llamadas de los dos teléfonos de la empresa Nextel que fueron encontrados dentro de la mochila de Botias.

Los elementos probatorios que pudieron recoger los expertos dentro de la vivienda son claves en el marco de la búsqueda de los prófugos. Asimismo, los pesquisas continúan rastreando la zona en busca de cámaras de seguridad, tanto municipales como privadas, que puedan haber captado la fuga de los otros tres delincuentes.

Parte médico de las víctimas

Como informó en exclusiva Trama Urbana, las dos personas heridas en el episodio, la madre de Leandro Cari, el oficial de Policía asesinado, y su padrastro, fueron trasladados de urgencia al hospital Alejandro Korn de Romero.

Desde el nosocomio informaron que la mujer presentaba una herida de arma de fuego en la pierna derecha, sin compromiso vascular aparente, y un impacto de bala en el pecho que no comprometió el pulmón. Su esposo tenía un tiro en el tórax, sin complicación para ningún órgano, con orificio de entrada y salida, y con fractura de húmero. Las víctimas, tras ser atendidas, quedaron fuera de peligro. 

El agente fallecido recibió siete impactos: dos en el abdomen, dos en el brazo, dos en la espalda y uno en la pierna. El asaltante que murió padeció dos balazos: uno en el hombro y otro en la cabeza.

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