La Matanza

Sin límite: mataron en un robo a dos policías

Los efectivos eran marido y mujer y fueron abordados por al menos tres delincuentes, que quisieron robarles el auto. Tenían un hijo de cuatro años, que quedó huérfano

Un hombre y su mujer, ambos policías, fueron asesinados por al menos tres delincuentes que les robaron el auto cuando llegaban a su casa y por el hecho fue apresado un joven de 19 años, informaron ayer desde la fuerza.

El episodio ocurrió cerca de las 21.30 de anteanoche, cuando el oficial ayudante de la policía bonaerense Sergio Fernández (29) y su mujer, la sargento Betiana Bringa (30), llegaban a su casa de Laferrere a bordo de su Peugeot 206.

Ambos agentes, vestidos de civil, regresaban de prestar servicio en el CPC Sur de La Matanza. Cuando él guardaba el auto en el garaje, y mientras ella entraba a la vivienda, se aproximaron al menos tres ladrones con intenciones de robarle el coche.

El efectivo se identificó y extrajo su arma reglamentaria, por lo que se inició un tiroteo durante el cual recibió disparos en el tórax, en el abdomen y en el antebrazo derecho. Al escuchar las detonaciones, su esposa salió de la finca y también intercambió tiros con los maleantes, hasta que uno de ellos logró impactarla en el abdomen, con orificio de entrada y salida.

Con la pareja herida en el suelo, los cacos subieron al Peugeot y se alejaron del lugar sin sustraer ningún otro elemento. Más tarde llegaron al lugar efectivos de la comisaría Tercera de Rafael Castillo, quienes al ver lo apremiante del estado de sus colegas prefirieron no esperar la ambulancia, los cargaron en el patrullero y los trasladaron hasta el sanatorio Figueroa Paredes, en Isidro Casanova.

Fueron llevados con rapidez al quirófano, aunque por la gravedad de sus heridas fallecieron: Bringa alrededor de las 2 y Fernández a las 4.30.

Huellas dactilares 

Personal de Gendarmería Nacional Argentina (GNA) que colaboraban en el rastrillaje en busca de los malvivientes ubicaron el vehículo en Isidro Casanova, en inmediaciones del asentamiento de Villa San Petersburgo.

Al notar la presencia de las autoridades, los sospechosos bajaron del auto y comenzaron a correr para internarse en los pasillos de la villa, aunque los gendarmes consiguieron atrapar a uno de ellos.

En la causa intervino el fiscal de turno del Departamento Judicial La Matanza, aunque luego del fallecimiento de la pareja pasó a manos del titular de la UFI temática de homicidios del mismo distrito. 

Personal de la Policía Científica realizó peritajes sobre el 206 de las víctimas y halló un orificio de afuera hacia adentro y un plomo 9 milímetros, probablemente disparado por alguno de los dos efectivos asesinados. Levantó además nueve impresiones de huellas dactilares que podrían ser útiles para identificar a los prófugos.

Además, no encontraron rastros de sangre, por lo que creían que ninguno de los asesinos resultó herido en el tiroteo.