Suplantación de identidad y porno venganza: la pesadilla de una abogada

Su expareja creó un perfil falso de Mariana Demchentko para hacerse pasar por ella y hablar con varios hombres, a quienes les decía que su fantasía era ser violada. Inició una lucha y presentó un proyecto de ley en el Congreso; la investigación sigue estancada.

El infierno de Marina Benítez Demchentko comenzó hace cinco años, cuando terminó una relación conflictiva con un sujeto de apellido Masi, tras lo cual este empezó a distribuir a varios hombres imágenes fotográficas íntimas que habían recopilado juntos con su consentimiento. Sufrió en carne propia lo que se conoce como ponovenganza, aunque para ella la figura legal debería ser: "Difusión no consentida de imágenes íntímas; el problema es que no es un delito".

"Después de un año y medio de esta práctica me doy cuenta porque los hombres me empiezan a reconocer en la calle. Se aseguraba captarlos y que, al responder, se hiciera pasar por una mujer, que en este caso era yo quien estaba en las fotos", comentó la abogada, en una entrevista en la redacción de diario Hoy

En este marco, recordó un caso puntual con uno de los tantos hombres que la abordó: "Fue "en el edificio donde vivía mi abuela, me para un vecino y me dije: al fin nos conocemos, yo salí despavorida. A la noche me contacté a mi Facebook y me agredió, yo sabiendo por donde venía y sabiendo que podría ser el único testigo que podía conseguir fui a su casa, procuré los mayores recaudos. Me dijo: no puedo creer que no seas vos, porque me incitabas todo el tiempo a violarte en el ascensor con un requisito: tapándote la boca. No lo hice porque tuviste suerte".

"Ahí tomamos dimensión no sólo lo que es la suplantación de identidad sino también la exposición de su intimidad. Estos hombres me conocían en mis actividades fuera del trabajo, quiénes eran familiares y amigos. Salí muy vulnerable de todo este proceso y me animé a denunciarlo en 2014, cuando un vecino de las casas de mis padres, en Gonnet, me dijo que yo lo había contactado", agregó Marina. 

Una investigación estancada

La letrada recordó que en 2014, se inició una causa penal, y en "octubre de ese mismo año, lo allanaron y le sacaron tres computadoras, una cámara de fotos y un arma sin habilitación, razón por la cual se lo llevaron detenido esa misma tarde hasta el día siguiente por tenencia ilegítima de arma de fuego. El imputado, además de trabajar en el Ministerio de Seguridad, es una persona que no ha hecho esto solamente conmigo. Gracias a toda la actividad que he hecho, me han contactado hombres y mujeres de su entorno que han tenido relaciones íntimas con él y me dijeron que pasaron lo mismo que yo, pero que ninguno se animó a denunciar". 

"Hoy en día tiene un sumario en el Ministerio, y desde diciembre del año pasado no tiene movimientos. Sorpresivamente tres días después de iniciado el sumario me reventaron el auto a palazos en la puerta de mi casa", mencionó la joven.

En los últimos días, el acusado volvió a incumplir con la perimetral de doscientos metros  por tercera vez; la joven activó el botón antipánico y fue un patrullero al estudio jurídico donde trabaja. La abogada fue a realizar otra denuncia más por desobediencia, mientras que en la primera de ellas el sujeto aún no fue citado.

Respecto de la  investigación penal, Benítez Demchentko explicó que la misma "sufrió muchísimas desaveniencias, fue bajadas varias veces con carátulas que se impugnan, con nulidades para que la causa no siga adelante, más allá de que la autoría está acreditada con un audio, en una conversación telefónica donde él dice: soy yo. La víctima me encuentro totalmente desprotegida, más allá de tener una perimetral y desoída".

Por ello, se decidió a elaborar un proyecto de ley que el 22 de marzo último le llevó a una diputada en el Congreso Nacional. "La particularidad es que esto no afecta mi caso por el principio de la retroactividad, esto no lo hago por mí sino para que se pueda lograr un efecto positivo a través de mi experiencia que fue devastadora", aclaró la abogada.

Derechos constitucionales vulnerados

Con referencia a la importancia de la concientización de los peligros a los cuales las personas -en especial las mujeres- están expuestas en las redes sociales, la letrada especificó que hay un impacto muy grande, además de "la vejación de los derechos constitucionales que esta conducta causa. He recibido opiniones del tipo: tampoco es tan grave, cuando se están vulnerando derechos constitucionales, como la libertad, además del impacto psicológico. Las opiniones contrarias siempre son machistas, porque cuando nos pasa a nosotras nunca va a ser tan grave".

"Mis fotos no solamente las difundieron sino también las viralizaron; se estima que 400 hombres en La Plata tienen mis fotos íntimas. Yo no podía ni siquiera tomar el micro porque siempre alguien me reconocía, iba al supermercado acompañada por mis hermanos", comentó Marina, al recordar el calvario que vivió durante mucho tiempo. Y pidió que si a la comunidad les llega material de mujeres cuyos derechos están siendo vulnerados, que no las compartan ni viralicen. 

Sobre este punto, sostuvo: "Además de machista y violencia de género nos encontramos con una sociedad que colabora a que esto sea cada vez peor. Hace cinco años que estoy en esta movida, soy corresponsal de Argentina en la Red Iberoamericana de Derecho Informático, estoy escribiendo un libro; como víctima me ha permitido ver estas aristas que los juristas y legisladores que no pueden ver".