Temor en Los Hornos tras violentos asaltos en casas

La Justicia investiga si el robo al jubilado del Poder Judicial del martes fue cometido por la misma banda que el lunes protagonizó una entradera. Mismo Modus Operandi 

Los investigadores se encuentran investigando si los dos violentos robos perpetrados en las últimas horas en Los Hornos están conectados y, sobre todo, si fueron perpetrados por una misma banda, informaron ayer desde la fuerza.

Tal como informó de manera exclusiva Trama Urbana en su edición de ayer, la última víctima en la mencionada localidad fue Nelson Farnocchia, un jubilado del Poder Judicial de 67 años, quien se encontraba el martes viendo televisión en su casa de 133 entre 56 y 57 junto a su señora cuando fue sorprendido por dos delincuentes. Tras maniatarlos y golpearlos, escaparon con 20 mil pesos, relojes de oro y un arma de fuego, propiedad del damnificado. Corrieron hasta la esquina y de allí se subieron a un auto, donde se presume que había al menos un cómplice.  

El lunes, en tanto, fue el turno de la fonoaudióloga Claudia Salazar, su marido, un hijo de 17 años y su sobrino de 15. En este caso, sorprendieron al hombre cuando se disponía a ingresar la camioneta al garaje de la propiedad emplazada en 132, 65 y 66. Eran tres maleantes, que lo obligaron a ingresar. Adentro, los tiraron a todos al piso, golpearon al hijo del matrimonio –quien padece ataques epilépticos- y mientras uno vigilaba y amenazaba a las víctimas, otros dos recorrieron todo el domicilio, vaciándolo. Huyeron y se subieron a un Renault Clío, donde había un tercer caco. 

Los casos tiene muchas similitudes, que llevó a los pesquisas de la comisaría Tercera, con jurisdicción en la zona, a pensar que podría tratarse de una misma banda. Para empezar, tomaron en cuenta el radio de acción: hay apenas diez cuadras de diferencia entre una finca y la otra. Después, el horario: 22.30 en el caso de Salazar y 21.30 en el restante. Varía el número de protagonistas, ya que en un hecho actuaron al menos cuatro sujetos y en el otro tres. Pero continúan las similitudes, formando un patrón delictual: en ninguno de los robos los ladrones se taparon el rostro ni utilizaron guantes; de hecho, dejaron huellas en las dos viviendas, que serán analizadas por las AFIS. ¿Más? Sí, porque todas las víctimas fueron golpeadas: cachetazos para las mujeres y culatazos para los hombres. Los damnificados refirieron que sus atacantes escaparon en autos y que había un sujeto más sacado y otro que controlaba las acciones. 

Por último, un último detalle escabroso: en un momento del asalto, uno de los malvivientes le dijo a Salazar que ellos estaban “trabajando y todavía tenemos cosas que hacer”. Menos de 24 horas después, fue el turno de Farnocchia.