Un doble homicidio que conmocionó a la ciudad

Una pareja fue asesinada a golpes y enterrada en Punta Lara. El padre y suegro de las víctimas visitó este diario para recordar el hecho y dar a conocer un proyecto que elevó a la Justicia  

Hoy se cumplen 12 años de uno de los hechos más escalofriantes de nuestra región: el doble homicidio de una pareja, que fue estafada y después asesinada a golpes por un sujeto que dijo ser constructor y hoy se encuentra detenido en el penal de Olmos.

Luis Ángel Basualdo, padre de una de las víctimas, se acercó al diario Hoy  para recordar el hecho y reclamar una serie de medidas que puso en marcha. Ahora espera el guiño de la Justicia para que sean avaladas. 

“Presenté en el Concejo Deliberante un proyecto con el fin de que se cree una comisión para las víctimas, para que se nos ayude y para que tengamos los mismos derechos que aquellos que están presos”, manifestó, y agregó que “exigimos que la cadena perpetua sea perpetua (sic). Hoy eso no existe. Solo Robledo Puch la cumple. Los condenados salen en libertad, tarde o temprano”. En su propuesta, se resalta que “los delitos más graves deben ser condenados a perpetua, con la posibilidad de revisión por parte de equipos interdisciplinarios, con la participación de las víctimas y sus familiares”. 

Otros pedidos 

Otro de los pedidos es que “haya un cambio en el paradigma judicial, donde se asegure protección a las víctimas y sus familiares, y que tome en cuenta la peligrosidad de los imputados”. Denunció que, como familiares, “somos maltratados por el sistema; a la Justicia no le gusta que vayamos a preguntar por las causas. Tienen más derechos los condenados que nosotros”. 

Un tercer punto, explicó Luis, es que “haya derechos humanos para los damnificados; se tienen que promover los derechos de las víctimas a recibir asistencia legal gratuita y una indemnización de parte del condenado; además, a participar del proceso, a ser escuchadas por los jueces y a ser consultadas antes de otorgar salidas transitorias”. Por último, reclamó que “antes de excarcelar a un delincuente se analice su peligrosidad para decidir, en base a eso, si se lo libera o no”. 

Una investigación de película para dar con el criminal

El 3 de diciembre de 2004, Marcela Basualdo (28) y Jorge Torres (36) fueron masacrados por Walter Olmos, un constructor que los engañó con un proyecto inmobiliario. 

La pareja tenía un terreno en Berisso y les faltaba construir, por lo que se contactaron con el después asesino, a quien conocieron a raíz de una publicidad. “Era maestro mayor de obras y promocionaba edificaciones de calidad y con pago por etapas”, contó un pesquisa. Las víctimas abonaron las primeras cuotas, pero la obra no comenzaba. Olmos les admitió que no seguiría adelante, y les aseguró que les devolvería el dinero en órdenes de compras de un corralón de materiales. 

La tarde del 3, llamó a Marcela y le dijo que pase por su casa de Villa del Plata, en Ensenada, para entregarle lo acordado. Ella fue con Jorge, pero él no bajó. “Ya se había peleado a trompadas con Olmos y no quería más problemas”, contó Luis. 

La mujer entró al domicilio, “y firmó un papel donde figuraba que había recibido 4.300 pesos de los 10.000 de la deuda. La letra era de ella, pero no sabemos si fue coaccionada”, manifestó su padre. Tras ello, el criminal la golpeó y dejó inconsciente. Torres oyó el ruido y se asomó. “Olmos lo estaba esperando escondido. Cuando vio a Marcela, el asesino le pegó palazos en la cabeza y lo mató”. El paso siguiente fue violar a la mujer, estrangularla, subirla junto a su marido a la camioneta y llevarlos hasta Punta Lara, donde los enterró. 

¿Cómo se llegó a la verdad, pese a que Olmos siempre se manifestó inocente? Por evidencias en la escena donde aparecieron los cuerpos. La arena con la que estaban cubiertos no era del lugar, sino de la obra en construcción en la que estaba trabajando el criminal. Además, se encontraron frutos y hojas de eucalipto, lo que llamó la atención de la Científica, ya que no había ese árbol en el lugar ni en sus cercanías. Un biólogo corroboró que los frutos tenían parásitos que dañan algunos árboles de este tipo, y la misma plaga estaba por secar un eucalipto ubicado en un terreno lindante a la finca de Olmos. Como si fuese poco, un vecino vio al sospechoso esa noche cargar arena en la caja de su vehículo. Con eso y otras evidencias, se lo condenó a 24 años.

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