Un nuevo crimen sin detenidos

Los investigadores admiten no tener pruebas para dar con el asesino de Pablo Duarte, el joven cocinero ultimado de un tiro en el pecho a la salida de un bar céntrico 

Una nueva muerte, en el marco de una locura irracional y momentánea; una nueva víctima enterrada en el cementerio de nuestra ciudad; otro caso de inseguridad e impunidad y el misterio de fondo. Un nuevo crimen que, por el momento, se encuentra sin responsables. A Pablo Duarte, un cocinero de 30 años, lo asesinaron a sangre fría en pleno centro durante la madrugada del sábado y, al cierre de esta edición, no se había producido todavía detención alguna, informaron ayer fuentes policiales y judiciales.  

Los voceros abocados a la causa dijeron que continúan en búsqueda de cámaras de seguridad desplegadas en las inmediaciones del homicidio, perpetrado en 3 y 51. “Tenemos algunas y ya las estamos analizando, pero queremos obtener más. Lo que pasa es que venimos de un fin de semana largo y muchas personas no están”, relató ante este medio un pesquisa. En los pasillos de Tribunales, en tanto, admiten que “no hay pistas”, pese a que aparentemente se logró sacar la patente del auto al que se subió el asesino junto a otros tres cómplices. 

Varias versiones resaltaron que el ejecutante sería un efectivo de la fuerza y, yendo aún más lejos, se dejó entrever que se trataría de un oficial de la nueva Policía Local, aunque los investigadores prefirieron ser cautos con ese tema y deslizaron que “no descartamos nada; en la causa no figura nada de eso pero puede que sea un efectivo como puede que no”. 

El asesinato 

El sangriento episodio tuvo lugar el sábado a la madrugada, cuando la víctima se encontraba en Hispano Bar, de 4 y 51, junto a su novia, su hermana y su cuñado. Antes de irse pidieron un champagne y, aparentemente, al abrirlo mojaron el pantalón de un hombre, lo que originó una discusión. Pese a que Duarte pidió disculpas, recibió una trompada en la cara y continuaron la pelea afuera luego de ser echados por los custodios del lugar. 

Gabriel Lucena, cuñado de la víctima, contó que esta “los siguió y, a media cuadra, uno de ellos (por los agresores) se subió a un auto, sacó una pistola y disparó al bulto, para pegarle a alguien; podía ser él o yo”. En total fueron tres disparos, y uno impactó en el pecho del cocinero del hospital Alejandro Korn, quien falleció a los pocos minutos mientras sus agresores se fugaron en el coche, de color negro. 

En las últimas horas, allegados de Duarte se juntaron en Hispano para reclamar justicia, y terminaron causando destrozos en el local.

Durante el entierro, llevado a cabo ayer en el cementerio de nuestra ciudad, una amiga suya dijo que “es un desastre, lo mataron a quemarropa. Ya no se puede salir ni a tomar algo en familia. Salpicaron con una botella de champagne, nada más; no era para una reacción así”, y finalizó con una certeza: “el que disparó sabía usar muy bien el arma porque (el proyectil) fue directo al corazón”.

Investiga el Gabinte de Homicidios de la DDI y la UFI 3. 

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