Violento asalto a un albañil: le destrozaron el ojo para robarle un celular

En un hecho que fue primicia de Trama Urbana, un hombre dormía la siesta cuando fue despertado abruptamente por un delincuente. Le dio una trompada y le pegó con un ventilador, pero la víctima se defendió. Únicamente pudo escapar con un teléfono

El ojo derecho de Carlos Alberto Pouso, albañil, de 61 años, luce enrojecido, y cuando parpadea se suele cerrar. El pómulo está morado como una fruta madura. “Tengo un dolor grande todavía, no me bajó la hinchazón”, dice en la puerta de la casa de un familiar, en 76 entre 13 y 14, donde el domingo a la tarde dormía la siesta y fue despertado violentamente por un joven. 

Tal como adelantó este medio en su edición anterior, la víctima fue salvajemente agredida en una habitación en ocasión de robo. Luego fue trasladada al Hospital San Martín, donde recibió puntos por dos heridas en la frente. 

“En esta casa vive mi tía, que se había ido de viaje y vine a quedarme para cuidársela. Me fui a descansar al cuarto de huéspedes y al rato sentí que alguien me movía el brazo. Abrí los ojos y un pibe de aproximadamente 25 años me dio una trompada terrible, pero por suerte no perdí el equilibrio”, comentó Pouso, que es oriundo de Viedma. 

El hecho duró cerca de diez minutos, pero el hombre lo sintió como si hubiera sido mucho más. Apenas se incorporó sobre la cama, trató de detener la embestida del delincuente, que le pedía que le entregara dinero. A cada segundo, le hacía el gesto amenazante de sacar un revólver de su pantalón. “Decía que me iba a pegar un tiro si no le daba la plata. Pero le dije que mi tía era jubilada y que yo tengo certificados de discapacidad, que no teníamos dinero. Y se violentó más. Agarró el ventilador y me golpeó con el fierro. Ahí pensé lo peor”, declaró la víctima. 

Sin embargo, Pouso reaccionó y le sacó el electrodoméstico de las manos al malviviente, que cayó al suelo. “Saqué fuerzas de donde no tenía. Se lo llegué a tirar en el lomo, y ahí es donde retrocedió. Se habrá asustado porque se fue corriendo para el living. Solo se llevó mi celular, que estaba arriba de la mesa. No revisó cajones ni se metió en otras habitaciones”, dijo. 

El cuerpo aún le tiembla del susto, y dice que no le pasó el shock: “Es raro que los perros no lo hayan toreado. Lo vi salir saltando la pared, así que supongo que también entró de esa manera. No pude identificarlo como alguien cercano porque no soy del barrio”. 

Por el hecho tomó intervención la comisaría Tercera y la causa fue caratulada como “robo y lesiones”.

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