Proyecto faraónico K: cueva de la corrupción

El gobierno kirchnerista nuevamente acorralado por actos cercanos a la ilegalidad. Cristina y De Vido contra las cuerdas por la construcción de un megaemprendimiento en Avellaneda, donde no se ha puesto un ladrillo de la obra, y que ya le ha costado al Estado 50 millones de pesos

La corrupción es un fantasma que ha acompañado al kirchnerismo a lo largo de la mal llamada década ganada, donde el ansia de poder, la avaricia desmedida y el luchar por el interés individual por sobre el interés grupal, ha hecho que el gobierno sufra un fuerte desgaste en su imagen ante la población.

Uno de los funcionarios que ha sido sindicado a lo largo de estos años como un emblema de los negocios dentro del oficialismo, ha sido el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, donde se hizo famosa una frase pronunciada alguna vez por el expresidente Néstor Kirchner, “hablen con Julio” cuando le iban a él con la idea de algún negocio en particular.

La cuestionada labor de De Vido dentro del gobierno, volvió a quedar en evidencia ayer cuando salió a relucir que el ministerio que él conduce, lleva gastados casi 50 millones de pesos para la construcción de un megaemprendimiento en la ciudad de Avellaneda, de la cual todavía no se ha puesto un ladrillo.

Cristina Fernández por el momento no hace nada y se hace la desentendida en el caso, dejando hacer a su ministro y eludiendo cualquier opinión sobre el tema, a pesar de que la corrupción ha cercado a su gobierno, haciendo que se perdieran cientos de millones de dólares impidiendo que se construyeran escuelas, hospitales, carreteras y fábricas, que hubiesen servido para el desarrollo del país.

Antros mal habidos

En una sus tantas apariciones públicas, la Jefa de Estado supo decir alguna vez que ella debía ser “la reencarnación de un gran arquitecto egipcio” por lo tanto que le gustaba a ella construir y generar obra pública. Los proyectos faraónicos han sido una constante a lo largo de su gobierno (ver aparte), pocos de ellos llevándose a cabo, siendo nichos de corrupción.

La construcción de una torre de telecomunicaciones del área metropolitana en Avellaneda, en terrenos adyacentes a las canchas de Racing e Independiente, dejó a la palestra un negociado difícil de explicar por parte de las autoridades.

En dicho espacio, se iba a construir la torre más alta de la Argentina, con 44 pisos circulares de 1500 metros cuadrados, en donde a pesar de todavía no ponerse un ladrillo, el Ministerio de Planificación ya lleva abonados casi 50 millones de pesos en concepto de salarios a los arquitectos que elaboraron y ejecutaron el proyecto.

De los 173 millones de pesos en los que se había presupuestado la obra en 2011, pasó este año a costar 320 millones, todo saliendo de las arcas del Estado. La incapacidad para llevar adelante el proyecto y para que el mismo esté en la nada, no fue impedimento para que desde el gobierno nacional salieran grandes partidas para pagar una hipotética construcción del mismo.

Fuentes cercanas al Ministerio de Planificación, aducen que los arquitectos ganadores del concurso para la construcción del megaemprendimiento, Héctor Raúl Muñiz y Jorge Eduardo Príncipe, serían personas ligadas a De Vido  y estarían inscriptos en las categorías más bajas del monotributo y de autónomos. No cierra por ningún lado ya que recibieron sumas millonarias que salieron del Estado.

Como sucedió en otras ocasiones a lo largo del gobierno K, al no controlarse el destino de los dineros públicos, el Estado con sus representantes a la cabeza, ha sido responsable de la comisión de hechos delictivos, que llevó a la Argentina a una degradación institucional, de la cual costará mucho salir en el corto y mediano plazo.

La avidez por querer sobresalir

La ambición del gobierno por ejecutar obras que sobrepasaran a su gestión, lo ha llevado una y otra vez a cometer errores y a chocar contra la pared de la realidad.
El megaemprendimiento a realizarse en la ciudad de Avellaneda, incluiría 44 pisos circulares de 1500 metros cuadrados cada uno, en el cual se proyectaba instalar una antena de la TV Digital Terrestre y un centro de transmisiones.

Entre las cuestiones que desde el propio Ministerio de Planificación se dejó trascender, se señala que en el mismo se iban a destinar 12 pisos a oficinas comerciales, en donde se podría construir un gran shopping para la dispersión de la sociedad.

Además, las autoridades nacionales remarcan que hay un fuerte interés de capitales chinos por invertir en la obra, que tendrá 368 metros de altura y que la convertirán en el edificio más alto del país y en uno de los más altos de toda América Latina.

Planes imposibles

La megalomanía reinante en el poder oficial, ha llevado a que desde el comienzo mismo del gobierno kirchnerista, se haya pensado en grandes obras, la mayoría de las cuales nunca se pudieron llevar adelante.

Una de ellas fue la idea de la construcción del Tren Bala en nuestro país, que uniría distintos puntos de la Argentina, y que suscitó la intención de la firma francesa Alstom de ejecutarla, pero en un país donde las vías ferroviarias están destruidas y los ferrocarriles dan pena mirando lo que alguna vez supieron ser, llevó a que la tentativa quedara en la nada.

Otro proyecto con delirio de grandeza que supo presentar la Jefa de Estado, fue el Polo Audiovisual en la Isla de Marchi, idea que todavía no se ha podido implementar y que ha despertado diversas críticas por parte de la oposición.

Dicho polo audiovisual acarreaba que en su interior se construyera la torre más alta de América Latina, en una especie de Central Park porteño, parado en la legislatura de la ciudad de Buenos Aires por no contar con la debida autorización.