Ruta del dinero K

Para Fariña, Báez es el dueño de Helvetic

El “valijero” platense desmintió al empresario K al afirmar que la sociedad que compró “La Rosadita” fue utilizada para lavar dinero

Mientras sigue en prisión, cavilando si se arrepiente o no; si revela los ya demostrados vínculos con Néstor y Cristina Kirchner, quienes durante sus mandatos presidenciales lo enriquecieron con millones de la obra pública; si brinda detalles de la protección que le prodigó Ricardo Echegaray desde su lugar como titular de la AFIP, hoy Lázaro Báez, desde su celda y con un embargo de 100 millones de pesos, sufre las consecuencias de su destino, tras haber sido un ariete en esa maquinaria corrupta que funcionó durante 12 años y que hoy se da en llamar “ruta del dinero K”.

Ayer, el arrepentido “valijero” platense, Leonardo Fariña, también imputado en la causa por lavado de dinero que involucra al empresario patagónico, aseguró que la empresa Helvetic  S.A. funcionó como una “sociedad vehículo” para “ocultar los verdaderos titulares de los activos que contienen; en este caso, Lázaro Báez”.

Esto contradice la declaración escrita que Báez le entregó al juez Sebastián Casanello, en la que negó cualquier vínculo con la firma suiza, compradora de la financiera SGI, conocida como “La Rosadita”, y a través de la cual ingresaron al país 208 millones de pesos que fueron depositados en cuentas de Austral Construcciones, la firma insignia del zar de la obra pública durante el kirchnerismo. El empresario admitió haber recibido el préstamo, pero justificó que fue para participar en la construcción de las represas de Santa Cruz, a cuya licitación Austral se presentó en sociedad con un consorcio chino y con la empresa Iecsa, del primo del presidente Mauricio Macri, Ángelo Calcaterra.

“Helvetic es una sociedad vehículo que toma notoriedad a raíz de mi salida del grupo. Esta sociedad es la cáscara que compraron y conformaron los señores Daniel Pérez Gadín y Jorge Chueco (contador y abogado de Báez, respectivamente, hoy también presos) para canalizar los activos líquidos que se habían fugado al exterior y para hacerle fronting (enfrentar) a la compra de SGI”, aseguró Fariña, y amplió: “Como toda sociedad vehículo tiene función de cáscara para ocultar los verdaderos titulares de los activos que contienen; en este caso, Báez”

Además, estimó que “seguramente recibió fondos de las cuentas y sociedades que pertenecían a Báez, como Teegan Inc. (firma creada en Panamá), un holding español y cuentas suizas a título personal”, y advirtió que “cuando llegue la respuesta a los exhortos enviados a Suiza se va a poder corroborar que la cuenta de Helvetic fue capitalizada en parte desde el exterior, con distintos fondos que tenía Báez. Hay que reconstruir esos giros que tienen destino en Helvetic. Y hay que exhortar por Helvetic para corroborar el giro de los 725.000 dólares para la compra de SGI hacia la cuenta de la sociedad Dunamis de Federico Elaskar, para corroborar además la compra de ‘La Rosadita’”.

Fariña también puso en duda el “respaldo documental” sobre el supuesto préstamo por parte de Helvetic para que Báez se presentara a la licitación de las represas: “Esa transferencia carece de sentido; se hizo en 2012, y el proceso licitatorio se inició en el segundo semestre de 2013. Un año antes ni siquiera estaba abierta la oferta de pliego para esa obra. Me parece imperativo chequear los estados contables de Austral”, concluyó.