“Hay que creer en la pasión de este equipo”

Sergio Goycochea recordó aquel heroico camino a la final en el Mundial de Italia 1990 y reconoció que el seleccionado de Alejandro Sabella tiene similitudes con el de Carlos Bilardo. “Ojalá que ahora el cierre sea con la Copa”, le dijo a El Clásico

La heroica actuación de Romero en la semifinal ante Holanda inmediatamente trajo el recuerdo de otro Sergio, el Goyco, quien ayudó con sus atajadas en los penales a llevar al equipo de Carlos Salvador Bilardo a la final del Mundial de Italia 1990. 

El oriundo de Lima, de 50 años, disfruta hoy de lo que vive el seleccionado nacional desde su rol de conductor de televisión con la emoción de un hincha fanático de Argentina y no niega similitudes entre aquel conjunto del Narigón y éste de Pachorra.

Ayer, en la previa al decisivo duelo con Alemania, Goycochea dialogó con El Clásico y dejó su opinión sobre el presente de la Selección.

¿En los penales juega un factor clave la suerte, tal como dijo Romero? 

Yo no coincido. Estoy convencido de que las definiciones por penales no son una cuestión de suerte y queda claro porque hay especialistas en el rubro. Un tipo que envía el balón afuera del arco no tuvo “mala suerte”, simplemente no tuvo calma para definir correctamente. Hay jugadores, en cambio, que la clavan en un ángulo. Errar un penal es como errar un mano a mano. Quizás el hecho de que los penales no tengan nada que ver con el desarrollo de un partido confunde un poco. En ese momento ya no importan los méritos que hizo uno u otro equipo en los 120 minutos.

Las tapadas de Chiquito fueron similares a las tuyas ante Italia…

Es cierto, fueron muy parecidas, aunque con el orden invertido. El segundo de Sergio fue parecido al de (Roberto) Donadoni, aunque cambiando de palo. Y el primero que atajó se pareció al que yo le paré a (Aldo) Serena. Parece que se pasa, la pelota le pega abajo y puede sacarla. Fueron similares pero a él le rebotó y a mí me quedó en el cuerpo. 

ْ¿Le tenías confianza a Romero para los penales?

En la previa a la definición, manifesté que Romero tenía muy buena potencia de piernas y agilidad. Además, su altura lo iba a ayudar a alcanzar los palos y llegar bien arriba. De hecho, en el penal de (Wesley) Sneijder, casi se pasa de largo. Otro arquero no hubiera llegado.

¿Ves similitudes entre este equipo y el de 1990?

Sí, hay puntos en común, como por ejemplo la escasa simpatía de todo el público local, que era lo que nos pasaba a nosotros en Italia, donde nos chiflaban el himno. Claro que también hay una diferencia porque en 1990 teníamos menos acompañamiento obviamente por el tema de la distancia. Que el Mundial sea tan cerca genera que llegue una gran cantidad de argentinos al estadio. Otra coincidencia es que este seleccionado viene superando los obstáculos con lo justo y jugando inteligentemente. En ese sentido me trae muchos recueros. Y además, por supuesto, la final es con Alemania. Ojalá que en este caso el cierre sea con la Copa.

¿Qué análisis hacés de la final?

Es evidente que será un partido durísimo. Hay algunos factores que están a favor de Alemania, como es el tema del descanso. Ellos resolvieron ante Brasil el partido en 30 minutos y arrastran un desgaste físico, psicológico y nervioso menor al de Argentina.  Además, tienen un día más de recuperación. A esta altura de la competencia y de una temporada larga, son cuestiones a tener en cuenta. El presente futbolístico de Alemania parece mejor, es el candidato de la mayoría, pero esto es fútbol y la camiseta de Argentina se respeta, Si bien el equipo ha jugado buenos partidos tácticamente, también es cierto que Suiza y Bélgica no jugaron contra nosotros tan desinhibidos como en los partidos de primera fase. Nuestra historia juega y hay que creer en la pasión que le ponen estos chicos.