Un día como hoy, pero de 1987, el conjunto celeste conseguía su primer título de Serie A. Con Diego en su mejor momento, los sureños cortaban una racha de 60 años sin conquistas. Inolvidable
Habían pasado 315 días desde que Diego Armando Maradona llegara a la cima del fútbol mundial en México 86. En ese campeonato, había deslumbrado a todos con el mejor gol de la historia de los mundiales frente a Inglaterra. Pero era solo el comienzo del mejor momento del astro del fútbol, había más.
A principios de los años 80, Napoli era sinónimo de una ciudad decadente, olvidada y marcada por problemas de violencia, donde la mafia había ocupado el lugar que el Estado había olvidado. Maltratada y siempre vinculada al crimen organizado, sus ciudadanos necesitaban un estímulo para no caer más bajo. Su equipo de fútbol, que siempre estaba en los corazones napolitanos, apenas había conseguido dos títulos de copa en toda su historia.
En ese difícil momento, una de las leyendas del club, el exfutbolista Antonio Giuliano, formaba parte de la delegación deportiva y tuvo una idea extraordinaria que ayudaría a impulsar el sentimiento de toda su ciudad: fichar a Maradona, por ese entonces en Barcelona.
Giuliano habló con su presidente e intentó convencerlo pese a la dificultad de querer llevarlo al sur de Italia.
El Calcio en esa década aglutinaba a los mejores futbolistas extranjeros del mundo como Van Basten y Gullit en el Milan; Platini en la Juventus; el Inter con Rumenige, y hasta el Udinese con Zico. Tras una larga negociación, la oferta de 7,5 millones de dólares fue aceptada por el equipo español. Ahora en Italia todos los equipos tenían su crack mundial.
Napoli contaba con su nuevo campeón, que terminaría siendo el más grande de todos. El cinco de julio de 1985, más de setenta mil personas colmaron el Stadio San Paolo con un único objetivo: ver la presentación del Diez ante sus nuevos hinchas. Los napolitanos sonreían orgullosos de haber destrozado las prohibiciones y de tener a un ídolo planetario jugando con ellos, uno que los representaría.
Cuando llegó de España tenía 23 años y el conjunto italiano luchaba por mantenerse en la máxima categoría. Tal es así, que en la temporada anterior al arribo de Pelusa, el Napoli se había salvado del descenso solo por un punto. Dos años más tarde, todo cambiaría. El amor a primera vista de los napolitanos con el argentino tendría un final feliz.
En 1987, con Diego ya coronado campeón del mundo en México, y bajo la dirección técnica de Ottavio Bianchi, el equipo sureño cortaría la racha de 60 años sin títulos. El equipo del capitán de la Selección, que un año antes había conquistado el Mundial, se consagró en la penúltima jornada frente a la Fiorentina con empate 1-1.
En su libro autobiográfico, Yo soy el Diego de la gente, el propio Maradona sostiene: “El primer Scudetto para el Napoli en 60 años fue, para mí, una victoria incomparable. Distinta a cualquier otra, incluso al título del mundo con el seleccionado". El ídolo dejó el club en 1991 y, desde entonces, Napoli nunca más ganó la Liga.
Diego, con fuerzas para el Lobo
Pensando en la próxima temporada, ya salvado del descenso, el DT de Gimnasia quiere pelear de mitad de tabla para arriba y conseguir lo “imposible” que consiguió con el Napoli. Por eso ya piensa en posibles refuerzos. Gastón Díaz, lateral derecho de pasado cercano en el Lobo (2013-2014), es el futbolista que pidió Diego para incorporar en este mercado de pases.