A pedido del público…

Por las redes sociales, donde se generó un gran rebote después de publicadas las Partes 1 y 2, sale la última horneada de gigantes que la hacían de goma. Los lectores eligieron a otros grandes cracks. Nunca llegaron a la B o la A, pero quedaron en la memoria

El Clásico

06/08/2018 - 20:09hs

[TERCERA ENTREGA]

En aquellos potreros sin tribunas, donde a punta de corazón fueron apareciendo futbolistas ocurrentes, libres de tácticas y fantasistas; o en los durísimos escenarios del ascenso y de las ligas del interior, donde se tiene que “salvar la pierna”  por el terreno mismo y la intimidatoria marca del rival; o bien en alguna categoría juvenil de AFA, ya un poco más cerca del sueño de Primera, aquí van muchos nombres que tenían todo para ser profesionales y quedaron ahí nomás.

Los mencionó el lector de Hoy y aquí complacemos con la última parte:

- Luis Sasso 1948

Un “8” al que le encantaba tirar caños. Ex Estrella, donde un abogado amigo lo llevó a Tres Arroyos. Lo adoran en los campitos de la zona sur.

-  Felipe Arturo Bazán 1950

"Pipe”. Jamás vistió una camiseta de un club importante. Le gustaba jugar para “los que miraban afuera que para el equipo” dijo una vez. Cuando llegó de Tucumán fue a Ensenada y se entreveraba en el potrero La Lamparita. Pero se lo conoció como el Maradona de Villa Argüello, que jugaba en zapatillas y una sola vez calzó Sacachispas. Murió en paz mientras trabajaba en una huerta. El periodista Walter Vargas lo incluyó en su libro de cuentos.

- Julio César Martínez 1958

“El Chino”. Jugaba a otra cosa, por eso dicen de él que tenía mucha cuerda para triunfar en el fútbol. Sabía cuidar la pelota como pocos, y la mente lucida para agilizar el juego cuando en las últimas ya le costaba correr de tantos golpes. Delantero de varios regionales, en U. de Olmos y Los Tolosanos. Tío de Marquitos Rojo.

- Alejandro Michailenko 1963

“El Ruso”. Pocos jugadores supieron jugar en tantos puestos y hacerlo tan bien como este hijo de ucranianos, nacido en Berisso. Su presencia en las canchas locales fue durante los años ochenta. Surgió del “semillero” de Saladero. Lo querían los dos gigantes platenses e incluso las dos Academias (Racing y Rosario Central). Por cuidar a su hermano enfermo lo dejó todo. Temible cabeceador. Fue 2-6-5-8 y en los últimos trotes lo hizo de 9, en Trabajadores.

- Julio Montenegro 1965

“El Bicho”. De la barriada de Los Hornos, 146 y 66. Dinámica, potencia y una calidad con los tiros libres. A los 9 lo vieron en un torneo de barrio y se lo llevaron a Estudiantes, saltando de 8a división a la reserva del Pincha que fue campeón en 1982. Era muy discutidor y eso le jugó en contra. Vendía en la calle y en Estudiantes lo cobijaron para sacarlo de la calle, incluso jugaba y trabajaba en el club. Jugó en Tres Arroyos, Bahía Blanca, Necochea y Neuquén.

- Damián Acosta y Oscar Insaurralde 1967

“Pachín”. Enorme pegada, físico envidiable y toque de primera. Cuando quedó libre de GELP, jugó en Villa San Carlos y luego en ligas de Tres Arroyos y Mar del Plata.

“El Negro Micky”. Histórico de El Expreso Juvenil. La picardía del potrero encerrada en sus delgadas piernas. Jugaba en la categoría 62 aunque era 67. Lo citaron para Estudiantes y Gimnasia, pero nunca tomó en serio esas convocatorias: no le gustaba entrenar. Vive en el recuerdo de quienes lo vivieron jugar.

- Raúl Orlando Moreno y Favio Vaglica 1969

“El Charro” Moreno. La tenía atada. Desfachatado, barrial, chueco. Del barrio La Unión de Berisso, vistió las tres camisetas de los clubes de su ciudad: Villa San Carlos (campeón ’93), Estrella y Trabajadores.

“El Pájaro” Vaglica. Se inició tomando consejos de un docente del fútbol, en Toronto, de la mano de Ruben Escudero, quien lo captó jugando a la pelota a lo largo de toda la avenida 32 (cuando cada cuadra tenía un equipo de fútbol). Hizo juveniles en Estudiantes en la categoría de Pratola y Trotta. Terminó siendo ídolo en El Cruce y campeón de Liga con los “amarillos”.

- Gabriel Luis Bordón 1971

“El Negro”. De chico tiraba caños en La Favela y era un distinto en la Escuelita de Manuel Miranda. Inferiores de Estudiantes y campeón con San Carlos en 1993, de donde fue a Camba.

- Christian Román Talone 1972

La pegada exquisita, de las que se ven en Primera división. Cambios de frente a lo Sebastián Verón, que desde 30 o 49 metros te la depositaba en los botines, dándole con efecto. A los 18 debutó en 1a de Estrella y un año después en Primera D con Villa San Carlos.

- Jorge Cruz Varallo y Nicolás Regina 1973

El sobrino nieto del recordado Francisco Varallo (ídolo en el Mundial del ’30) era un “cerebro” y lucía con exquisiteces, cuando el balón pasaba fugazmente (no porque no supiera tenerla entre sus piernas largas y flacas), sino porque era muy ligero cerebralmente. Además, hacía goles a rolete en una 4a de For Ever, que fue campeona récord en 1990 en la Liga. Allí, su pariente famoso quiso llevarlo a una prueba en Boca, pero Varallito no quiso. 

“Nico” Regina, todo un wing a la antigüa que disfrutó Estrella, cuando en 1992 integró un equipo récord, siendo el más joven. A los 17 ya había metido su primer partido en la categoría grande del fútbol local. Y lo llevaron a Estudiantes para jugar directamente en reserva, pero no pudo pegar el salto. Aún sigue jugando en el Senior y en un gran nivel.

- Horacio Santiago 1974

“Topo”. Cerca de ser profesional en Independiente, al llegar el DT Marchetta fue cedido a préstamo a Victoriano Arenas. Pero sus ínfulas adolescentes no bancaron la decisión y decidió jugar con sus amigos de “La 80” en el Club Tricolores. Un delantero vertiginoso.

- Pablo Romero y Claudio Sánchez 1975

El hermano de “Chirola”, criado entre matas de pasto del potrero Los Pocitos, llegó a jugar en reserva al lado de su hermano pero le faltó la cuota de suerte para subir a profesional. Se fue a Italia a jugar en serie C y a la vuelta tiró magia en Estrella y Villa San Carlos.

“El Mono”. Deleitaba, era un delantero tipo Kun Agüero que llegó a brillar en el fútbol amateur de Gimnasia. Allí llegó con una buena formación luego de haber sido dirigido por un maestro recordado como Manuel Miranda, en CIAF. Pero como a tantos rebeldes de la pelota, no se le dio la Primera. Su destino, de alguna manera, está ligado al más popular de los deportes, como representante de jugadores. 

- Damián Pasalagua 1979

“El Loco”. Hace diferencia en la Liga con un panorama y una zurda especial. Campeón con Brandsen, donde se hizo dueño de la capitanía.

- Fernando Peñalva, Ezequiel Coria y Pablo Zapata 1983

“El Colo”. fue el 10 y capitán indiscutido de la categoría 83 de Villa Elvira, pero también era un picante en la escuela y en el barrio. No dejaba crecer el pasto en los potreros de El Carmen. Si bien era el más chiquito, los grandes dejaban jugar porque marcaba la diferencia. Nunca te hacía la misma, y así lo sigue haciendo hoy con sus dos hijos.

“El Mago” Coria. Un zurdo que jugaba por la camiseta. A los 18 años debutó en 1a de Brandsen, fue a Deportes Sur (un fuerte combinado de Varela) y logró salir campeón con Fomento Los Hornos, su club del alma.

“Melgar” Zapata. Del barrio Catella de Ensenada, la pisó como pocos, desde su primer remera, El Argentino de El Churrasco y Villa Rivera (ambas en cancha de 7). En Estudiantes jugó muy bien hasta 7a, cuando ahí nomás paró por ser padre. A los veintilargos retomó poniendose las camisetas de Estrella, For Ever, AMEBS y Tolosano.

- Martín Díaz y Andrés Medina 1986

“El Pollo” Díaz, un jugador que se ganó el mote del “mejor clase ’86” entre todas las ligas infantiles a fines de la década del ’90. Fue el símbolo del CF 5 de Mayo, lo tuvo Gimnasia y cuando equipararon su espigado físico, empezó a brillar menos. 

“El Pitu” Medina (foto) se cansó de hacer goles junto al hoy profesional, Rodrigo Salinas. Ambos se tirbanan paredes de memoria en Villa San Carlos y en Gimnasia. El petiso terminó en su amado equipo Villero siendo campeón de la 1a C. Y actualmente le da a la esférica de su alma con los colores de For Ever.

- Miguel Wright 1988


“El Pampa”. Jugó por amor y lo hizo con una calidad que maravillaba a los padres del CF 5 de Mayo. Le tocó pelear por un mango desde joven y no dejó pasar la chance de entrar a YPF. Tanto sintió el fútbol a flor de piel y el gusto al toque y devolución que se retiró en la Liga Ensenadense.

- Leandro Basterrechea y Andrés Roldán 1990

“El Vasco”. Creció en Romerense y fue figura en selecciones de LIFIPA. Gimnasia lo llevó directo a AFA, donde incluso con un gol suyo la ’90 del Lobo logró un título histórico. Quedó libre en 4a y pasó a ser figura en el Federal A, en Mendoza.

El “Queso” Roldán. Un rapidito con la bola atada al pie, que todos idolatran en Villa Lenci, donde despuntó con muchos goles y mañas, logrando un ascenso.