30/11/2012 - 11:24hs
La Liga Amateur, próxima a cumplir 100 años de fútbol puro, tendrá una nueva definición este sábado. En la periférica cancha de ACB, en barrio El Retiro, un empate consagra a un club que recién incorporó el fútbol en 1985
“El Coronel, El Coronel”, cantan los padres, los jugadores, los amigos de los amigos. Son doscientos, no más, cuando el equipo está en algo importante. Pero desde que llegó Juan Sebastián Verón cada partido no baja de quinientas almas.
Mañana, desde las 16.30, los muchachos recibirán en 52 y 161 a Las Lomas de Guernica, por la última fecha del Torneo Clausura liguista. Un empate es el sueño hecho realidad, algo que ni estaba en los planes cuando en el Apertura deambularon por la cola de las posiciones.
Todo este sueño que remontó en lo íntimo un jugador que nunca fue profesional, pero lo vive como tal. Pedro Andrés Verde, hijo de uno de los que vivieron los dorados sesenta en Estudiantes de La Plata (jugó contra el Milan la final Intercontinental) y que llegó a jugar un partido en Selección Argentina (en la delantera con Carlitos Bianchi, ante Brasil).
Como su infancia tuvo un amiguito incomparable, llamado Juan Sebastián Verón, logró “el pase” directo de Estudiantes a Brandsen, es decir, de la máxima categoría a la más sencilla.
Y ese rapado de técnica sublime, tal vez sin recordarlo, decidió retirarse al igual que su padre en una Liga (Juan Ramón Verón colgó los botines a los 40 y pico en el León de General Madariaga).
Cuando un poco después de las seis y media de la tarde, al finalizar el juego, Brandsen esté dando la vuelta olímpica, habrá en algún rincón del mundo quienes se sientan contentos con este merecido lauro deportivo (a no descuidar lo que pase con Everton, que pretende un desempate, si gana de visitante ante CRISFA, y caen los punteros).
En México, Hernán Cristante, el “Nani”, aquel arquero surgido en Gimnasia y que se ha retirado este año a los 42 en el fútbol azteca, seguramente estará unido en el sentimiento pues siendo muy niño empezó defendiendo este escudito. Un técnico de los arrabaleros, Alejandro Nicoletti, fue quien lo convocó para la categoría 69 y de allí lo llevó a Gimnasia.
Hasta don Miguel Ignomiriello no podrá salir de su asombro, que el hijo de aquel wing que él fue a buscar hace muchos años a un potrero de Berisso, esté festejando en la avenida 60 casi 24, es decir, a pocas cuadras de la casa de la infancia del “Maestro” que formó la Tercera que Mata (vivió en 20 y 57 y de joven era hincha de Everton cuando tenía una cancha con casilla de madera en 20 y 60).
Y hasta la familia Varallo, al ojear el diario, pensará: “pero si Pedro Varallo fue uno de los fundadores de Brandsen” (Pedro era el padre del histórico “Cañoncito” Francisco Varallo).
El fútbol de la Liga, en sus versión Mayores o Infantiles, da para todo tipo de locuras, entrañables, como la del “Sapo” Girardengo cuandon era coordinador de Brandsen en LIFIPA (hoy es manager del Deportes Temuco de Chile)… Resulta que jugaron un Mundialito en Mar del Plata y llevó como utilero a uno que estuvo décadas en la Selección Argentina: Héctor “Tito” Benros.
Otra buena excusa para llegarse de Mar del Plata tendrá “El Pelado” Alberto Santilli, no sòlo para ver a los sobrinos, hijos y nietos, sino para mandarse un rato al predio “Pancho Varallo”, donde Santilli cabó las primeras paladas para acomodar tierra, junto a los hermanos Di Cola. Santilli un día llegó a Brandsen por su sobrinito Rodrigo Sartori, hijo de un ex jugador del Lobo del 62 (jugó la noche que en el Bosque recibieron al Santos de Pelé).
Brandsen, el que nunca descendió, desde que decidió su afiliación en 1985, está a punto de ganar un campeonato de fútbol. Pero no es lo que verdadera motoriza a los jugadores y al cuerpo técnico. Esto anda a pulmón, a corazón abierto, de los que cristianamente dan sin esperar recibir.
Y vale una cita más. Otro jugador que en los años 70 defendió al Tripero y fue emblema de un Temperley. “El Nene” Ruben Di Bastiano contaba días atrás que “lo vinieron a buscar para jugar el primer torneo que Brandsen jugó en la Liga, y salimos campeones ahí nomás con una banda espectacular”.
No señores, no es como piensa el mundo, que Verón juega y es el capo del equipo. La estrella se mezcló como uno más y encontró a un entrenador serio que viene haciendo campaña en el fútbol liguista: Hernán Bonvicini.
Desde la redacción de Hoy, quien despidió la adolescencia y pasó a la madurez recorriendo los bien barrios platenses, saluda con especial respeto y una pizca de contentamiento, a todos aquellos que siguen al equipo; a los Sánchez, “Coco” (aquel presi de Gimnasia) y a su hijo Germán, dos guardianes del espíritu amateur que nació en un barrio.
Por Gabriel "Colo" López
De la redacción de diariohoy.net