Juan Ignacio Brown, el técnico, y Agustín Quillaborda, el profe, contaron su buen año en el club del que son hinchas. Uno de Ranchos, el otro de Belgrano, unidos por los pibes de la Liga Metro
18/12/2012 - 14:31hs
Agustín Quillaborda tiene una mirada adolescente a sus 37 años. La camiseta de Estudiantes fue su fascinación desde pequeño, en el pueblo natal: General Belgrano. A los 16 años no aguantó más y se vino a probar: quedó y vivió en un departamentito familiar en calle 40 (“ahí llegamos a vivir los seis hermanos”).
Jugó en la categoría 75, ingresando al club en Sexta, donde compartió algunos partidos con Juan Sebastián Verón. “Después de jugar los primeros cuatro partidos del torneo con nosotros, lo ascendieron a Quinta. Y ahí pude ser titular yo, porque en el puesto de 8 tenía a Sebastián”.
Anoche, invitado especialmente al programa de Radio Provincia “Por los Pibes”, donde se analiza el fútbol infantil y juvenil de las ligas locales y de Capital, el preparador físico Pincharrata confesó que este “este año viví lo más lindo en tanto tiempo dentro del fútbol”, especialmente por lo que le tocó en el mes de mayo al echar mano a la Primera junto al DT interino Martín Zuccarelli (el hijo de Humberto, aquel de La Tercera que Mata).
Para “Tuti” Quillaborda significó un sueño hecho realidad. “Viví los últimos dos meses de Sebastián como jugador profesional ¡y había sido compañero mío! Empecé el 2012 trabajando con los chicos de 7ma división de Liga Metropolitana con Juani Brown y en AFA con Luis Suárez; y al poco tiempo tuve la suerte de pasar a Reserva. Lo de la Primera fue algo muy fuerte. Y cerré este último semestre con el Grupo Selectivo”.
General Belgrano es cuna de futbolistas consagrados como los hermanos Capria, Catán y Testa (todos de escuela albirroja) y desde el punto de vista humano el Profe cada vez que va allí carga las mejores baterías, en compañía de sus padres.
En dicha audición fue llamado Juan Ignacio Brown (el DT de la 7ma división de Liga Metropolitana) para saludar al Profe. Justamente Juani nació en una localidad vecina a 35 kilómetros de Belgrano, Ranchos. Y le dedicó estas palabras: “el resultado en estos casos es lo que opinan los chicos de vos”, le bajó el hijo del mundialista.
Se refería a los inquietos muchachitos de la categoría 96, que el año 2011 habían sido campeones y éste por poquito no repiten “el laurel” deportivo.
Quillaborda, entre tantas obligaciones, contó que este año también llegó a concluir un libro sobre preparación física en las edades formativas, junto a su colega Walter Camporeale, de pronta aparición.
En lo que respecta a Brown, consideró que “hay que superarse todos los días, mis padres me dijeron siempre que los mediocres en esta vida pasan. Pasó mi primer año como técnico y los chicos han tenido para conmigo un trato bárbaro, ojalá pueda estar el 2013 otra vez con ellos”. Y remató: “seguramente que algún día aspiro a dirigir la Primera división, ojalá que sea en Estudiantes, pero hay que ir recorriendo caminos. El otro día Falcioni decía cuando arrancó como técnico, pasó por inferiores, por el ascenso, por eso me quiero seguir capacitando y estar a la altura de las circunstancias”.
Felicitaciones a estos chacareros de alma deportiva, Tuti de Belgrano, Juani de Ranchos, ayer dos niños que cinchaban por la roja y blanca, hoy dos hombres que llevan adelante la esperanza como hombres con responsabilidades dentro de la cantera.