22/09/2014 - 06:58hs
La primavera nos mostró en acción a los más enamorados de la pelota, esos laburantes liguistas en una gran sexta fecha del Clausura. Las Lomas destronó a Curuzú del liderazgo. Partidazo en Montoro y se asoma Tolosano. En la B, de seis cotejos, cinco fueron visitantes
"En fútbol, no envidies mi progreso, sin conocer mi sacrificio”, escribió en una red social, ayer a la hora del mate, Carlos Girardengo (aquel “Sapo” que la descocía en los ’80 en GELP y al que vimos retirarse en Fuerte Barragán, de esta populosa Liga local).
El progreso tiene color azzurro en la Liga, que desde el 2007 (fecha de afiliación) no pararon de crecer. Con una cancha humilde, sin riego artificial, pero regada con el sudor de la vida misma. Y el amor a la pelota de sus jugadores. Un reportero del diario Hoy anduvo cámara al hombro por Tolosa (en el día del fotógrafo) reflejando la alegría del Círculo Cultural Tolosano en esta postal de la gran despabilada del segundo tiempo, tiempo en el que llegaron los goles: a los 10’ Jonathan Castro (foto), a los 25’ igualó el visitante con un misil de Marcos Pérez, y a los 37’ Carlos Miño selló el 2-1. Vaya rachita de Carlitos, el pelado número 9 que la fecha pasada también dio la victoria a sus compa, a poco del final.
En Romerense, Curuzú valoró el empate en cero. Sobre todo porque sufrió dos veces con tiros cercanos de Lucas Aubert.
Atentos al Montoro fútbol-show, que en la feria goleó 4-3 a Alianza, que en diez minutos aprovechó dos descuidos y se puso 2 a 0. Pero aparecieron dos crack de los Villeros: Martínez con doblete en el PT dejó el tanteador 2 a 2. Y después se inspiró Jaime, una revolución en el ST, que hizo pasar al frente a los de Parrado; luego, empató Sánchez (el pibe entró y la primera pelota sirvió para el 3 a 3). En el ocaso de la tarde primaveral, Jaime sacó un clavel de su botín y mandó la pelota como un flechazo enamorado al ángulo derecho de Barbieri.
Seguimos advirtiéndoles, “ojito con ADIP”, que volvió a vencer y jugando bien: ayer, con goles de Banini y Catalano, para marcar en la gramilla de Castells la huella de un gran candidato al título.