28/01/2013 - 18:20hs
El término “fondo” para el futbolero se trató siempre de quiénes eran el 4, el 2, el 6 y el 3, es decir, los jugadores de la zaga, de la última línea, los que defienden para que no te la metan…
El paso del tiempo, quizás trajo involución en el manejo de ciertos clubes con fútbol, y claramente generó otro idioma, otro código que no huele al romanticismo que alimenta el espectáculo. El “fondo” más importante y pronunciado en las tribunas de hoy pasó a ser “quiénes son los que arriman el dinero”. Quiénes colaboran –sin ser vistos- en el triunfo del fin de semana: cómplices contactos, negociados silenciosas entre hombres de la gramilla política.
Con esto de la globalización el fútbol ya no sólo es “el de Primera”. Lo que se ve y se difunde extiende las redes a las categorías del Ascenso, a las Ligas del interior. Y últimamente, éstas son un trampolín para unos cuantos que están a la espera de algún rebote…
Más allá de la delincuencia que gobierna las tribunas (otros protagonistas que son financiados por los políticos en pro de sus beneficios), las tradicionales banderas de las instituciones también ondean extrañamente por la presencia de empresarios del juego.
El pasado sábado llegó a nuestra ciudad Douglas Haig, de la ciudad de Pergamino, un claro ejemplo de cómo marchó hasta la B Nacional por el nivel de sus “players”… y por el “bingo de Pergamino”. La publicidad de la casa de juegos se exhibió en el pecho de su camiseta rojinegra, y lo que el común no sabe es que detrás de esa “pasión” hay un apellido célebre, el del presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, que luego de hacerse millonario con estos negocios, apareció en el mundo Boca como tesorero de Macri, y luego ganando las elecciones. Si vamos a los archivos, cuando Douglas ganó el ascenso del Argentino A, la mujer de Angelici estaba en la tribuna festejando… la alegría por el club de sus raíces, y por la apuesta de su marido.
Algún club siempre está “al paso” para ciertos hombres del poder o que buscan llegar a ser parte del mismo. Por citar un ejemplo, el de aquel diputado provincial, Miguel Funes, que a decir de los memoriosos, allá por 1999 comenzó en el Club General Lamadrid (de Primera C) probando su “vocación por lo social”, hasta que un día tomó notoriedad siendo fotografiado con Néstor Kirchner. Funes se tatuó al ex presidente. Y desde entonces su frágil figura pasó a ser como la de esos ignotos clubes que un día salen en la tapa.
A mediados de 2012 se presentó en las canchas platenses (eliminando a los modestos equipos amateurs Everton y Nueva Alianza) el Independiente de Chivilcoy. Lejos de ser el club con más tradición de dicha ciudad bonaerense, en menos de un año logró lo que buscaba: subir al Argentino B, donde está jugando hoy. Y ahora dicen que hasta la B Nacional no quiere parar. El ministro del Interior, Florencio Randazzo, es un “íntimo” de Daniel Mautone, el empresario que regentea el bingo de Chivilcoy. Todos saben que el equipo es bancado, aunque no con lujos, por Randazzo quien es nacido en esa comarca. Para mas datos: la licencia del Bingo de Chivilcoy está a nombre del Club Independiente.
Parece mentira, pero algo tan nocivo para la salud como el juego, pretende apoyar la práctica deportiva ¡una diferencia tan abismal como la del jugador amateur con el profesional!
Siguiendo con el Torneo del Interior, entre los más de doscientos participantes hay otro que, como decíamos hace años, “corre con el caballo del comisario”. Es el Club Camioneros, representativo de la Liga de Luján, que quiere seguir los mismos pasos que los chivilcoyanos: el domingo ganaron en el debut. Han contratado a un jugador ex Boca Juniors, Pablo Jeréz, y un técnico con pasado en Primera: “Pachorra” Smaldone. En la página web del equipo Albiverde se luce una foto grande de la barrabrava, con banderas con el nombre de Hugo Moyano, quien es el alma mater de este “nuevo escudito”.
Juegan los de adentro, y los de afuera también. En River Plate a fin de año se formó una agrupación kirchenerista que sigue “la línea” oficialista: le pusieron “River para todos”. Está al frente Luis D’elia, también anda Aníbal Ibarra (ex jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires) y el músico Ignacio Copani (“lo atamo’ con alambre”).
En Mar del Plata, y en otros puntos importantes del país, como San Juan, Córdoba y Mendoza, existen más personajes que un día aparecieron por el túnel… para ganar, claro.
La transpiración de quien se forma en base a trabajo e igualdades, no condice con el traje y la filosofía de los que vienen a colaborar y a llevarse un buen “botín”. Hay varios ejemplos más, que se develarán en próximas entregas. Pero a la pregunta ya hay que quitarle la patita de la interrogación, para afirmar que la pelota se sigue manchando (Diego Maradona) y que los campeones logran ganancias “adentro” pero con fuertes refuerzos de “afuera”, de la línea de cal para afuera…