El Poli abrazó al boxeo y el presidente Tripero adelantó que el 6/12 habrá pelea mundialista

El Clásico

24/11/2013 - 15:44hs

Las trompadas duelen, pero “el dolor es pasajero y el orgullo es para siempre” (el encomillado lleva la frase de la bandera más extensa que llevaba los colores del Lobo en la noche de puños del inolvidable 22 de noviembre).

La sede de Gimnasia se llenó de gente, de los habitués al mundo Tripa como de los extasiados seguidores del pugilismo local. Se alzaron como leche hirviendo las barritas que arengaron el “nocaut”, el aliento del “golpe por golpe”, mientras el coro del que va a la cancha de fútbol se hizo carne bajo el tinglado: bombos, redoblantes (al menos fueron respetuosos de los boxeadores y los tocaron en los intervalos de cada round).

… Algo pasaba en la manzana de las calles 4 y 5, entre 51 y 53, donde hacía tiempo que no se amuchaba el pueblo ni los móviles de la TV congestionaban el tránsito. “Un espectáculo de nivel” pensaba en voz alta Daniel Onofri, que compartió una silla del ring side con un periodista de Hoy. "De chico, no me olvido cuando en la cocinita de mi casa de El Mondongo, veía en la TV blanco y negro las peleas de Monzón y de Galindes. Mi madre casi me mata cuando le pedí que me dejara ir a boxear a Atenas", rememoró parte de su infancia de sueños.

Luciano Cuello, a los 29 años, retuvo sus cinturones y continúa esperanzado con la gloria en el futuro inmediato, es decir, la chance de subir a pelear por la “corona” ecuménica, eso que realmente desea el “Príncipe” para hacer honor al seudónimo que trae desde que calzó guantes por primera vez a los 15.

Las elecciones se colaron en el festival, e incluso en la puerta impregnaron la atmósfera de “politiquería”, ya que una decena de promotoras regalaban gorritos en la esquina de 53 (los partidarios de Melazo).

Onofri, el candidato oficialista, reconocía que a los 48 años estaba orgulloso de la obra de reapertura del Poli, y mandó la primicia: “el próximo 6 de diciembre vamos a tener boxeo otra vez”. ¿¡Cómo!? “Recién me lo propuso la comentarista de TV, la boxeadora Carolina Duer, que quedó impresionada con las instalaciones de Gimnasia”. Peleará con una mexicana y va a ser un combate de “tome y daca”.

En tanto, el crédito local Cuello despidió sus puños hasta febrero de 2014, cuando –se dice- reaparecerá en el jerárquico país también de los guantes (Estados Unidos).

El boxeo no está vencido ni aún vencido, en épocas donde se ha perdido credibilidad en las designaciones de retadores y ante tantos organismos que proponen campeones “de invierno”; “interinos”, en fin. El boxeo en La Plata da letra, y no solo con Cuello, ya que la semana anterior Ezequiel Maderna –el otro hornense- fue a Sudáfrica por la histórica oportunidad: quería ser el primer capo mundial para nuestras diagonales, pero en las tarjetas el sudafricano se hizo dueño de la bolsa.

En el remozado Poli, “Cuellito”, el hijo del hombre del Corralón, no fue el único que pasó por el encordado mostrando los colores del Lobo, ya que así decidieron subir a “la capital del infierno” (como un recordado relator solía llamar al ring) Nicolás Domingo Velazquez y Rodrigo Escasena, otro de Los Hornos y el último de El Mondongo.

Sí señores, de corazón, el boxeo y los triperos se llevan como el azúcar y la leche, como la arena y el mar ahora que se viene el veranito. Sólo hay que mirar el pasado y hacer el conteo de otros profesionales que simpatizaron por el Lobito… Antonio Aguilar (que le ganó a Monzón), Domingo José Carattoli, Hugo “Popeye” Luero, los hermanos Arce Rossi… sumados a los de esta generación que no paran de tentar el futuro a fuerza de golpes… Todos, paradójicamente, antes de quedar con los torsos desnudos, ofrendan públicamente la camiseta del “Decano de América”.

LA PALABRA DEL CAMPEON

Cuello trabaja de boxeador, sólo se dedica a esto, 100 %. Y está hace 3 años ya preparándose en España, en la ciudad de Madrid donde están los mejores especialistas, con campeones taquilleros. Tras un buen gesto de agradecimiento hacia Hoy, por estar presentes en la velada, dijo que “me quedaré a pasar Navidad aquí”. Luego, el 26 lo espera el avión en Ezeiza y las sesiones fuertes de entrenamiento con el profe Antonio Gonzáles Matias.

Sobre su triunfo nº 34 del palmarés, el rapado tiró: “estuvimos practicando un montón ese pasito atrás, sabíamos que Juancito era muy desprolijo cuando tiraba golpes, los hace muy abiertos, y entró la derecha en gancho dibujada”.

“Súper contento, aparte con la organización, con la gente… Sin dudas que el recibimiento fue muy fuerte. Yo estuve calentando abajo, en los vestuarios, y cuando subí sentí el rugido de la gente, el calor del estadio, una adrenalina y un fuego increíbles. Motivado a full”, amplió.

Sobre el rival, advirtió “Juancito (por Dias) es un boxeador de puta madre, entrena en la FAB, allí fuimos compañeros y entrenamos en el mismo gimnasio mucho tiempo”.

LA VISIÓN DEL ESPAÑOL

Antonio Gonzáles Matias, el entrenador nacido en Madrid, analizó el momento en que llegó el nocaut: “Ya había sonado el toqueteo en la mesa, donde avisan que quedan 10 segundos para finalizar el round, y Luciano embocó el gancho. Precisamente para que se descuidara y entrara ese golpe, se le estaba tirando mucha izquierda, en recto. Lo que sí nunca pensé es que entrara a la primera, las cosas son así, a veces la primera te sale y no nos vamos a quejar (risas)”.

“Me llevo el cariño, el calor de la gente que apoya cada vez más el boxeo, y ver el pabellón (las tribunas) lleno. Hay que agradecer mucho, también a la televisión, y que sigamos para adelante. Además contento porque ganó hoy otro chico en Madrid, por puntos, así que contento por doble partida”, refiriéndose a Iván Ruiz, quien peleó en Argentina la última vez que se presentó “Maravilla” Martínez.