Estudiantes volvió a sentir el sabor del encuentro con el triunfo en Quilmes

Con el tanto de Mariano Pavone le ganó 1 a 0 a Newell’s por la séptima fecha

Estudiantes llegó con la soga al cuello al partido de ayer ante Newell’s, luego de empatar con Atlético Tucumán y de mostrarse, ante todos, en la anteúltima posición de la Superliga.

Ubicación que le sienta incómoda y que hiere el orgullo y el honor de una camada de jugadores que hoy llevan adelante los destinos del club, como Alayes y Verón, que hace una década atrás empujaban al equipo a lo más alto de la tabla.

Por un motivo o por el otro, otra vez contra las cuerdas apareció la mística del León. Un miércoles, tan lluvioso como húmedo y lejos de La Plata, se convirtió en el contexto indicado para cortar la racha negativa que lo hundió en las posiciones.

Con la premisa de no regalar ni un centímetro en la cancha, Estudiantes jugó mejor en el primer tiempo, pero recién a los 25 del complemento pudo ponerse en ventaja por un cabezazo de Mariano Pavone. Zuqui, Braña y Gómez corrieron y presionaron ante los mediocampistas de Newell´s y Lucas Rodríguez cargó con el compromiso de ser el único generador de juego ante la ausencia de Pellegrini.

Newell´s presentó batalla y también mostró actitud en cada rincón de la cancha.  Fértoli, que ya había exigido a Andújar en los primeros minutos del partido, fue una pesadilla para Schunke, fue siempre una amenaza cuando el equipo rosarino pasó al ataque.

El partido, de trámite parejo y muy disputado, tuvo un quiebre con la expulsión de Rivero en el primer cuarto del segundo tiempo. Benítez mandó a la cancha a Gastón Fernández y Newell´s se metió en su campo por decantación.

El frentazo de Pavone justificó todo el esfuerzo que había realizado Estudiantes durante la primera parte del partido, y de allí hasta el final cuidó el resultado como el tesoro después de una larga búsqueda.   Ganó y suspiró Benítez.

Primera bocanada de aire fresco de la primavera, para un ciclo que empezaba a ver nubarrones como los que acompañaron el atardecer de Quilmes.