12/05/2015 - 07:02hs
El 12 de mayo de 1995 Estudiantes se aseguraba el primer puesto del torneo de la B Nacional y con cinco fechas de anticipación, y en sólo nueve meses volvía a Primera ganando el campeonato de punta a punta. La última gran alegría en 1 y 57
Para muchos, ser de Estudiantes es sinónimo de éxitos y alegrías. Sin embargo, para forjar una historia rica y llena de gloria, el club experimentó capítulos dorados y otros que sirven para reflexionar. Para el caso vale el testimonio de toda una generación de hinchas que nacieron entre 1978 y 1985 y que mientras escuchaban historias de místicas y duendes en la Copa Libertadores, veían como el equipo perdía todos los clásicos y se hundía en el promedio a comienzos de los ’90.
Aquel viernes 12 de mayo de 1995 no cabía un alfiler en 1 y 57. El calor de las bengalas rojas atenuaban el frío incesante que tenía a muchos hinchas unas bufandas gruesas y letras grandes que se habían puesto de moda en ese otoño.
El partido con Gimnasia y Tiro de Salta fue la última estación de un tren que arrancó embalado para conseguir en tiempo récord el objetivo de volver a Primera.
Se escribieron libros de aquella campaña (Estudiantes una forma de ser) y hasta se potenciaron jóvenes que luego iban a tener una trayectoria exitosa a nivel mundial como el propio Juan Sebastián Verón. No obstante, lo más valorado fue el gesto de muchos de los jugadores que se habían ido al descenso en el ‘94 y se quedaron para posicionar nuevamente al club en la máxima categoría.
Con el Bambino Pons relatando los partidos por canal 9 todos los sábados, el Pincha ostentó al guerrero Ruso Prátola en la defensa, quien junto a Diego Capria alternaban el puesto de aquellos herederos del plantel descendido. El Rulo Paris, La Brujita Verón, el Mago Capria y Calderón también fueron artífices del equipo titular que edificó la campaña, junto a otros grandes gladiadores de los sábados como Chiquito Bossio, Leo Ramos, el Chocho Llop, Ricardo Rojas, el Sopa Aguilar, Mariano Armentano o el Pelado Sosa entre otros, que se sumaron para apuntalar la gesta.
Estudiantes ganó de punta a punta aquel campeonato con 65 puntos en 42 partidos (se computaba de a dos cada victoria) producto de 27 triunfos, 11 empates y 4 derrotas. Marcó 86 goles y le anotaron 34. Le sacó 11 puntos de ventajas a Atlético Rafaela y se aseguró el ascenso con cinco fechas de anticipación y en sólo nueve meses de participación. Un regreso a lo Estudiantes, que además tuvo como coronación una vuelta olímpica.
“ Este club me educó”
En 20 años la vida de las personas puede dar un giro de 180 grados. Este es el caso de Claudio Martín París, pieza clave del triunfo 1 a 0 ante Gimnasia y Tiro de Salta aquella noche de viernes 12 de mayo de 1995 y que hoy ese dedica a la cría de ganado en un campo de 25 de Mayo.
“Ya cuando era jugador venía a este lugar porque mi suegro tenía campos en este pueblo y me ayudaba para aislarme del mundo por la paz que hay. A la distancia recuerdo esa campaña como una gran satisfacción por todo lo que habíamos sufrido antes de irnos al descenso. Fue terrible”, recordó París en diálogo con El Clásico de Radio Gol que se emite de lunes a viernes de 11 a 13 y de 17 a 18 por la 101.3 del dial.
“Tengo a mis hijas estudiando en La Plata y cada vez que vuelvo a la ciudad las llevo a pasear por el bosque para mostrarles el edificio del demo que es donde me formó y crecí. Estudiantes es mi vida, porque además de darme la posibilidad de trabajar como profesional me formó y me educó”, recordó el Rulo, quien para muchos también pasó al recuerdo por el gol que le marcó a Gimnasia en la definición del torneo Clausura ’96 cuando el equipo del profe Córdoba empató 1 a 1.
“Cuando se llegó al descenso fue muy duro, Pero la llegada de Russo, Manera y el Profe nos cambió la mentalidad a todos. A los jugadores y a los hinchas. Si bien los primeros partidos fueron durísimos, teníamos al Mago (por Capria) en un momento único. El rompió muchos partidos que estaban cerrados como el de Colón en Santa Fe. Creo que ahí empezamos a convencernos que se podía dar todo como lo habíamos planeado”, señaló.
Como París, otros jugadores como Ricardo Rojas, también se alejaron del fútbol para dedicarse a la actividad agropecuaria.
Todos, de una u otra manera, se cruzarán un llamado para saludarse por el recordado ascenso.
Mariposa tecknicolor de aquel otoño imborrable
A mediados de la década del ’90 el rock nacional experimentó una metamorfosis entre algunos intérpretes que fueron aportando nuevos ritmos más cercanos al pop y a su vez aceptados entre la juventud y los adolescentes. Tal es el caso de Fito Paez, quien después de su exitoso álbum El Amor después del Amor (1993) se consolidó en el género con Circo Beat a finales del ’94. En aquella obra del artista rosarino sobresalió la exitosa y pegadiza canción Mariposa Tecknicolor que se convirtió rápidamente un hit de la radio Red 92, pionera y líder desde aquellos años de la radiofonía platense. Casi de manera simultánea, y con un toque de magia de por medio, miles de hinchas de Estudiantes la adoptaron como propia y la llevaron a la tribuna como bandera a cada cancha.
“Todos los momentos que viví, todas las canchas donde te seguí, cuantos campeonatos festejamos, cuantas copas levantamos desde que te conocí…
Vos me das alegría… yo te doy mi amor… la razón de mi vida… es salir otra vez campeón…”
La consagración en aquel sábado 13 (consumado el empate de Atlético Rafaela un día después de haberse asegurado el primer puesto), cicatrizó una herida que se abrió en 1992, con malas decisiones que terminaron en malas campañas.