San Juan: hinchas cayeron de un alambrado en pleno partido
La estructura no soportó el peso de los simpatizantes y se desplomó. Una persona terminó con un traumatismo encéfalo craneano.
Vuelve a llevarse a cabo el clásico rioplatense. Argentina enfrentará otra vez a Uruguay, duelo de máximos campeones de la Copa América, en un cruce áspero. Ese en el que brillan las patadas, pero también el buen fútbol.
10/11/2021 - 00:00hs
Se disputará un nuevo clásico del Río de la Plata. Eran guerras. No solo de selecciones, sino también entre clubes por la Copa Libertadores. Era muy chico, pero he presenciado más de una que ha sido terrible. Ahora, entre fortunas, antidopaje y TV, es más el clima bélico mediático que lo que se vive en el campo de juego. Los “millo” de hoy son “todos amigos”. Forman el “club de los millonarios del fútbol” y, salvo excepciones, de los “agrandados sin cerebro”.
Nuestro verdadero clásico es este, que quede claro. Brasil, con justo y bien ganado derecho, considera que sus clásicos son con los que más mundiales ganaron (Italia y Alemania) por ser, los brazuquinhos, únicos pentacampeones mundiales de la historia.
Uruguay debe “morir en el intento” por ganar, o corre alto riesgo de decirle addio al Mundial de Catar 2022. Argentina, sin gran despliegue estratégico y jugando con obviedad, ganó la última Copa América, pobrísima y por un regalo de Renán Lodi. Logró de este modo algo de afecto con la gente. Messi, en declive, consiguió mejorar su “skin” con público albiceleste.
Serán 90 minutos donde las críticas, que revuelan en el país vecino, y las flores, que llueven en nuestro suelo, no saldrán al campo de juego. No saldrán a raspar, ni mucho menos a imponer juego, a plasmar fútbol.
Ojalá se dé literalmente una guerra sin comillas, como cuando los 22 se jugaban más que un partido. Jugaban por el orgullo de quién era el mejor equipo del río color de león; con la pelota y con el corazón.
¡Que zumben los tobillos!