La ciencia puso el ojo en los cabezazos en el fútbol

Hace poco tiempo atrás se asociaba a los deportes de contacto o más violentos, con prácticas que producían secuelas en el cerebro de quienes los practicaran. Sin embargo, a raíz de un informe realizado por un grupo de investigadores científicos de Inglaterra, el fútbol se suma, aunque en menor gravedad, a la lista del boxeo, el fútbol americano o el rugby, por ejemplo. Es que investigadores de la Universidad de Stirling, Reino Unido, hicieron un exhaustivo análisis de lo que produce cabecear la pelota en una determinada cantidad de veces. 

El equipo de profesionales tomó 20 futbolistas (entre las que había 5 mujeres) y les pidió que cabecearan 20 pelotas lanzadas desde una máquina que emulaba la potencia media de los envíos desde los tiros de esquina. Ante esto, se evaluó las funciones cerebrales antes y después del contacto para poder establecer un punto de comparación. Tras la comparativa, los exámenes cerebrales arrojaron resultados alarmantes e impensados. 

Según este estudio, las capacidades de la memoria se reducen entre un 4%1 y un 67%, durante las 24 horas posteriores a haber cabeceado tantas ocasiones el balón. “En vista de la creciente preocupación por los efectos colaterales que generan los deportes de contacto sobre la salud del cerebro, queríamos ver que ocurría con el cabezazo. Estos resultados, por más que duren temporalmente, creemos que pueden afectar a largo plazo el funcionamiento del cerebro”, explicó la neurocientífica Magdalena Letswaart. 

Además, en contacto con diario Hoy, el neurólogo Antonio Rafael, opinó que “más allá de que lo descubierto en el estudio es importante y marca un antecedente y una alerta, la realidad es que los golpes que recibe un boxeador no tienen comparación con un cabezazo a una pelota. El efecto a largo plazo puede llegar a notarse en el que cerebro no estará como debería estar, pero no creo que pueda generar tanto como lo que heredará un pugilista”.