Desde las 13, Napoli recibirá a Fiorentina para celebrar ante su gente la obtención del tercer Scudetto de su historia. Diario Hoy se metió en los festejos de una ciudad que no duerme hace tres días y tiene a Diego tan presente como hace 33 años, cuando les daba la segunda liga.
Sin lugar a dudas Napoli es el club y el pueblo que hoy está en boca de todo el mundo. El pasado jueves el conjunto dirigido por Luciano Spalletti empató 1 a 1 en su visita a Udinese y le alcanzó para lograr el punto que le faltaba para consagrarse campeón de la temporada 2022/2023 de la Serie A italiana.
El club del sur, el club del pueblo, el de Diego Armando Maradona, logró coronarse con su tercera liga italiana, y la primera desde que en 1991 el astro argentino partió con lágrimas en los ojos de dicha ciudad.
Es por ello que previo a los festejos que se darán esta tarde en el estadio que lleva el nombre del Dios napolitano e ídolo de Argentina, El Clásico se metió en las calles de Napoli para ser parte de los festejos, para vivir el clima y la fiesta de la gente, celebrar junto a ellos y conocer la historia de Eva Pardo, la fotógrafa del Club de Gimnasia y Esgrima La Plata que se arriesgó y no dudó en sacar los pasajes para ir al sur de Italia y vivir lo que el pueblo napolitano llamó “El suceso”.
“La verdad que estoy viviendo un sueño. Estos días fueron una odisea. Me han pasado cosas increíbles. La calle es una fiesta constante desde el día que llegué, que veía a toda la gente adornando la ciudad. En todos los barrios de Nápoles había vecinos colgando globos, guirnaldas, remeras, banderas. Me llamaba mucho la atención, era como estar preparando una fiesta para toda la ciudad. Eso me emocionó mucho, los chicos, los grandes, todos decorando su lugar”, comenzó narrando Eva, que por supuesto no pudo ocultar la emoción al rememorar el día de la consagración del conjunto sureño.
“El jueves se vivió algo histórico. A veces, cuando uno es parte de la historia, no registra la importancia. Nos acercamos al estadio para comprar la entrada y estaba todo agotado. Yo estaba en la fila virtual en el número 120.234, no me lo voy a olvidar nunca, porque no podía creer el nivel de pasión que vive esta gente. Cuando estás acá se entiende por qué Diego los amó tanto”, afirmó.
Pero el no conseguir entradas no fue un impedimento para ser parte del festejo popular: “El partido lo viví en la calle. La gente amontonada en bares, en un televisor o simplemente estando junta esperando el desenlace fue hermoso”.
—¿Cómo surgió la idea de este viaje?
—En la época que Diego estaba en Gimnasia yo me hice una amiga napolitana, una periodista que no la había conocido personalmente hasta este viaje, pero siempre mantuvimos contacto. A mediados de marzo, me dijo ¿Venís a festejar con nosotros amiga? Dios quiere que estés acá. Y con esas palabras me terminó de convencer. Esperé al sorteo de la Copa Sudamericana para que no me toque ningún partido del Lobo afuera y las cosas se iban dando. Sentía que tenía que estar acá y no lo pensé dos veces.
—¿Cómo surge tu amor por Napoli?
—Por Diego, no hay otra explicación. Yo tenía organizado un viaje con mi familia a Italia en el 2019 y yo lo único que había pedido era venir a Napoli. Íbamos a hacer Italia en ese viaje porque nosotros tenemos familia acá y yo quería venir por Maradona. Después, por las vueltas de la vida, Diego se convierte en técnico del Lobo. Cuando llegamos en el tren a esta ciudad lo primero que vi fue una foto de él santificado. Fue amor a primera vista. Me maravillé.
—Fuiste la última fotógrafa de Maradona. Por ende allá te veneran…
—A ver, sí. Me pasa que cuando puedo contar de que estuve trabajando cerca de Diego la gente me pregunta si lo toqué, eso me llama mucho la atención. Él realmente es el Dios de esta ciudad. Yo les cuento que sí, lo toqué y me hice amiga, charlé muchas veces y automáticamente me besan las manos. Es una locura hermosa.
—Tuviste la posibilidad de ir al estadio Maradona a alentar al Napoli con la camiseta del Lobo. Pero no cualquiera: llevaste la de Miramón, que por cosas de la vida hoy está convocado a la Selección
—Sí, yo lo quiero mucho a Nachito, como a todos los chicos. Porque es un grupo hermoso y yo estoy súper cómoda con ellos. También ese día llevé la camiseta del Pupi Leascano, que no llegué a sacarme la foto.
Pero bueno, llevé esa camiseta porque lo quiero mucho y porque él me regaló. Hablar de Napoli es hablar del sur de Italia, vivir en la calle los festejos es comprender cómo un pueblo rezagado por el racismo y el clasismo italiano pudo hacerse gigante entre los poderosos. Lo ha dicho Diego, constantemente. Lo ha reafirmado Roberto “Pampa” Sosa, el ex-Lobo que se hizo querer a base de goles importantes en los años más oscuros de la historia del club. Lo confirman cientos de platenses descendientes de napolitanos que habitan nuestra ciudad, porque justamente de la región de Campania es donde más se hace sentir la migración italiana en La Plata.
Maradona se plantó por ellos porque siempre luchó contra la discriminación del norte. Y es allí, más allá de los goles, la magia y los cinco títulos obtenidos, que se convirtió en el Dios de la ciudad del sur de Italia. Es por ello que lo veneran, que sigue siendo el ídolo de los niños, por más que no lo vivieron. Es por ello que también su conquista es una conquista argentina y, claro, de Diego.