Matías Melluso llegó al club a los cinco años, hizo todas las Inferiores, debutó en Primera, se quedó con el puesto de un histórico como Lucas Licht y ante Argentinos fue una de las figuras. Incluso, los hinchas lo ovacionaron
14/08/2018 - 07:57hs
Los primeros pases que dio con la pelota de goma tenía puesta la camiseta de Gimnasia. En realidad, la lleva puesta desde la cuna. Es que Matías Melluso, o en realidad toda la familia Melluso, tiene el corazón tatuado con los colores azul y blanco. Desde pequeño, cuando gritaba goles imaginarios con la camiseta del Lobo en las viejas veredas de Berisso y con sus amiguitos en Villa Elvira, supo que algún día ese sueño de transitar el túnel del estadio del Bosque y jugar en Primera se iba a convertir en realidad. Y pasó. El pibe que llegó al club con cinco años cumplió su sueño.
Subió a Reserva de la mano de Andrés Yllana, debutó en Cordoba ante Talleres en el último partido de Facundo Sava como entrenador y tuvo continuidad en el interinato del Indio Ortiz. El arribo de Troglio ratificó su presente y, a pesar de tener a un peso pesado atrás como Lucas Licht, se mantuvo entre los once titulares siendo una de las figuras en el triunfo ante Argentinos Juniors en el debut en la Superliga.
“Toda la vida me prepare para esto. Día a día lucho para mejorar como jugador para seguir ocupando el lugar que tengo. Soy hincha y que ahora me toque defender esta camiseta es muy lindo, un sueño hecho realidad”, arrancó la charla con este medio tras la victoria ante el Bicho.
Los primeros aplausos, los gritos de aprobación de los hinchas ante un cierre o un buen centro son el premio al esfuerzo de un pibe que literalmente está cumpliendo un sueño: “Mis tíos jugaban en Gimnasia, uno de ellos estuvo en la única gira que hicieron por Europa. Mi familia es fanática y todos están todos felices por lo que estoy pasando”, comentó el juvenil de 20 años que es admirador del brasileño Roberto Carlos y tiene entre sus preferencias musicales a “Callejeros”.
“Lo importante era ganar”
Gimnasia ganó y no es poco. A pesar de no mostrar demasiado volumen de juego y generar ocasiones de gol, el equipo arrastra tres victorias 1-0 de manera consecutiva (dos por Copa Argentina) y se apronta para cumplir el primer objetivo de escaparla a la zona caliente del descenso: “Lo más importante es que nos llevamos los tres puntos. Fue clave golpear al minuto de juego. Con la ventaja intentamos generar espacios, pero tuvimos, en algún momento, que aguantarlo. Obviamente hay cosas para mejorar, es una fecha la que se jugó y hay un largo camino por recorrer”, analizó el juvenil.
“Somos un equipo aguerrido, con muchos huevos y sacrificio. Intentamos jugar pero tenemos como prioridad ser ordenados, achicar los espacios y tratar de lastimar arriba. De esa manera vamos a sumar los puntos que necesitamos para escaparle a esa zona y después ver para que estamos”, cerró.